martes, 4 de agosto de 2020

“Más deporte y menos latín” [CR-95]

[Esta entrada apareció publicada el 03 de julio de 2020, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Esta frase significó el comienzo del particular vía crucis educativo de una de nuestras lenguas clásicas, el maltrecho Latín, y se remonta a los tiempos del inefable ministro José Solís, aquel simpático cordobés que abanderó en las Cortes franquistas, la promoción y fomento del deporte en el bachillerato. Una idea a la que no se le puede poner una sola pega, si no fuera porque lo hizo en detrimento del latín que, a su buen entender y saber, era poco menos que una lengua muerta.
Fue en esas mismas Cortes donde el buen hombre espetó la susodicha, ya un clásico, y donde obtuvo una pronta y no menos clásica respuesta. Cuentan que tras su intervención, muy tranquilo y desde su escaño, el profesor Adolfo Muñoz le respondió con un vibórico: “Deje el señor ministro en paz al latín, que gracias a él, ustedes, los de Cabra, se llaman egabrenses”. Una cuestión de gentilicio que, bien vista, es de agradecer, aunque se sea un ignaro en esos menesteres.
Pero volviendo a la cita, lo sabemos por la historia, a pesar de la ocurrente e ingeniosa respuesta del profesor, por desgracia, ganó el señor ministro si bien, por fortuna, se acabó el régimen franquista, con lo que el egabrense no pudo rematar su empeño de enterrar el latín, vaya lo uno por lo otro. Y en esas estábamos cuando llegó la ministra de Educación Mercedes Cabrera, y como el comandante, la Cabrera mandó parar.
Hasta aquí hemos llegado, Latín y Griego son lenguas muertas y hay que enterrarlas, todo sea por la educación ciudadana de los alumnos logseros, digo yo que debió pensar, ‘Alea jacta est’. Ni que decir tiene que puso manos a la obra, y lo que no pudo la dictadura franquista en los antañones, lo logró la democracia zapaterina en los amenes. Toda una perversidad pedagógica inducida.
Y pensar que esta mujer es sobrina-nieta del físico Blas Cabrera, quien allá por 1923 trajo a España, nada menos que a Albert Einstein, quién lo diría. Pero es lo que tiene la evolución, que no siempre significa progreso. Bueno, al menos, los de Cabra se llaman egabrense, algo que bien sabe Carmen Calvo, docente y política española, que a veces suele tener sus ‘lapsus linguae’, precisamente el último de la vicepresidenta ha desencadenado estas líneas.
Me refiero a la respuesta que dio (“No hay que restituir lo que no ha existido”) a la pregunta de un miembro de la oposición acerca de lo que pensaba hacer el Gobierno para “restituir la credibilidad” de las instituciones del Estado. Y ella, de Cabra que es, se dejó caer con semejante perla. También es suya “El Rocío es la explosión de la primavera en el Mediterráneo”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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