De este reflexivo título,
que viene acompañado del explícito subtitulo ‘De la antimateria a la
medicina moderna’, se sirve el autor para llevarnos al interior de unas
páginas escritas en el estilo que le es propio: ameno, divulgativo y casi poético
por un lado, y bien documentado, riguroso y prosáico por otro. En definitiva,
al más puro modo Eugenio Fernández Aguilar, ya me entiende. Y aunque a pesar del sugerente
título él tiene bien claro lo que quiere contarnos, para el desarrollo de ese fondo,
la verdad, es que lo hace de una forma, digamos, novedosa. Para empezar, lo
compartimenta en dos partes.
Una primera, ‘Los
renglones torcidos’, formada por diez capítulos breves, en un principio inconexos,
sobre diferentes aspectos científicos: abstracción matemática, biografías
personales, comienzos de la física, descubrimiento de los elementos, antimateria,
uniones entre átomos, cimientos de la vida, devenir de algunas enfermedades, surgimiento
de la electrónica y la computación, etcétera. Y lo hace combinando, de forma magnífica,
la explicación física del asunto a tratar, con algo artístico relacionado con
él, sea una anécdota literaria, una canción, un sucedido histórico, una
fotografía o un cuadro. Es decir “purita, purita” humanidades, vamos, ciencias
y artes juntas, lo que hacemos los humanos.
Para que termine de
hacerse una idea de esta primera parte, le apunto los atractivos nombres de algunos
de sus capítulos: ‘Dar cera, pulir cera’, ‘El hombre que confiaba en los
átomos’, ‘Aquí está Rodas’, ‘Hamburguesas radiactivas’, ‘Sigue el camino de las
baldosas amarillas’, y así hasta otra manita más de imperdibles. Unos capítulos
por cierto que pueden ser leídos de forma independiente, en el orden que desee
e, incluso, saltárselo si no le atraen.
La segunda parte, ‘Enderezando
los renglones’, se compone de tres capítulos dedicados a la tomografía de
emisión de positrones (PET), su origen, puesta en marcha, funcionamiento y
aplicación en campos como la medicina, para el diagnóstico y seguimiento del
cáncer y otras enfermedades. Llevan por títulos ‘Las hormigas no son
inteligentes; la colonia, sí’, ‘La antimateria le puede salvar la vida’ y ‘No
lo olvide’, y se trata de una estructura organizativa de contenidos que le irá
pidiendo, de vez en cuando, volver a algún capítulo de la primera parte.
El libro se completa con
una doble referencia bibliográfica, una, breve pero seleccionada de carácter general
para todo el texto y, otra, más abundante y específica por capítulos, lo que
está bien para los más interesados.
Así que en estas estamos,
pasando sin solución de continuidad de renglones torcidos a enderezando
renglones y viceversa, que fue, por si no cae ahora, el grupo madrileño que
acompañó a Joaquín Sabina a mediados de los 80 del siglo pasado. Es como nos
desplazaremos por este imprescindible libro de divulgación científica, de lectura
más que recomendable y del que deben saber también que, el 5 % de los
beneficios obtenidos por su venta irá destinado a la 'Fundación Josep Carreras'.
Imparables contra la leucemia. Grande.
Dicen que la santa de Ávila dijo aquello de ‘Dios escribe derecho con renglones torcidos’, pero no estoy muy seguro que ella dijera algo tan teresiano. Mas que sabré yo y qué importancia tendrá, dirá usted no falto de razón. Para importante lo que escribe Eugenio, recuerden:
TÍTULO: Los
renglones torcidos de la ciencia. De la antimateria a la medicina moderna
AUTOR: Eugenio M.
Fernández Aguilar
EDITORIAL: Antoni Bosch
Editor, 2020
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