(Continuación) En el caso de la primavera, esta posición es aquella en la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Y cuando esto sucede la duración del día y la noche prácticamente coinciden, de ahí que a este fenómeno celeste se le conozca con el nombre de equinoccio (del latín aequinoctium (aequus nocte), “noche igual”).
En general, en los equinoccios, el día tiene una duración muy aproximadamente similar a la de la noche: doce horas (12 h). Es así porque, en esa fecha, los dos polos del planeta están a la misma distancia de la estrella y sólo una mitad exacta del mismo está iluminada. En esos días de los equinoccios, el Sol nace exactamente por el punto Este y se pone exactamente por el punto Oeste. Éste es el equinoccio de marzo, de primavera o vernal.
Mirando al cielo: planetas y satélite
De la visibilidad de los planetas comentarles que ésta dependerá. Y así como la alegría dicen que va por barrios, a los planetas los podremos ver durante esta estación, según. A lo largo de toda ella y al amanecer, podremos ver a Martes, Saturno y Júpiter a los que se unirá Venus al final de la estación, planeta por otro lado que dominará el cielo al anochecer hasta finales de mayo.
En lo que respecta a nuestro satélite y sus fases más llamativas, plenilunio y novilunio, las fechas son las siguientes. La primera vez que lo veremos en esta estación como luna llena no será hasta el mes que viene, en concreto el 8 de abril, dándose las siguientes como siempre 29 o 30 días después. De modo que si echa las cuentas, en esta primavera se darán otras dos lunas llenas, a saber, el 7 de mayo y el 5 de junio.
Y otras tantas de la otra fase llamada luna nueva, siendo la primera la del próximo martes 24 de marzo, seguida de la del 23 de abril y el 22 de mayo, es decir cada 29 o 30 días como mandan las leyes de la mecánica celeste.
Otras observaciones: eclipses, meteoros y constelaciones
Destacar que a lo largo de la primavera se producirán una ocultación de Mercurio por el Sol el 4 de mayo y un eclipse penumbral de Luna visible en España, resto de Europa, África, Asia y Australia. También podrá observar, aunque no disponga de un telescopio son las lluvias de meteoros que se producen ocasionalmente. Las dos más importantes de la primavera serán las Líridas, con un máximo hacia el 22 de abril, y las Eta acuáridas, cuyo máximo sucederá hacia el 6 de mayo.
Y claro está, podremos ver esas agrupaciones ficticias de estrellas que conocemos como constelaciones, una actividad para la que la primavera, es un magnífico momento ya que no sólo las noches son aún largas sino porque hace menos frío que en invierno. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Ha repetido las imágenes en las entradas segunda y tercera.
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