(Continuación) De esta
forma, tanto en 1930 como en 1931, hubo un 30 de febrero en la URSS pero en
1932, por motivos que no hacen al caso, los meses volvieron a ser los de antes
con lo que no hubo un 30 de febrero más en la URSS. Ni en ninguna parte más del
planeta, hasta ahora. El calendario revolucionario ruso, con bastantes
modificaciones a lo largo del tiempo, estuvo vigente entre 1929 y 1940.
¿Habrá otro 30 de febrero?
Desde entonces y hasta
ahora no ha vuelto a existir esta fecha en los almanaques, y aunque aún viven
personas que los conocieron, es imposible que ninguno de nosotros vuelva a ver
otro. Ni nosotros ni muchas generaciones posteriores, pero, Dios mediante,
habrá otro 30 de febrero. A saber, quién andará por aquí para contarlo.
Y lo habrá porque, dado
que el calendario gregoriano, a pesar de saltarse tres días bisiestos
cada 400 años, aún mantiene el error de un día por cada 3300 años con respecto al valor actual del año tropical
medio, dentro de 1324 años lo volveremos (volverán) a tener. Existirá el 30
de febrero de 3344, aunque no es menos cierto que nos queda algo lejos, la
verdad sea dicha.
De ahí, de ese
distanciamiento en el tiempo, toma sentido la respuesta que, en clave de humor,
algunos dan al preguntarle cuándo hará determinada tarea, y de la que él tiene
claro que nunca. Por eso contesta que ‘para el 30 de febrero’. Ya, oído cocina.
Bueno, también está la broma del santoral, ya saben, 30 de febrero día de San Ciruelo o el día que no llegará.
Día de San Ciruelo, 30 de febrero
Un santo, no
determinado ni cierto, que por supuesto no existe en el santoral, siendo su
realidad más improbable aún que la del día en el que supuestamente se
festeja. No, San Ciruelo no forma parte
del santoral, es un santo ficticio de la misma cofradía que San Leprisco, San
Ficeto, San Macarro y San Pito Pato, a cada cual más apócrifo. De modo que cuando
decimos para tal día, está todo dicho. Es como decir para ‘nunca jamás’ o ‘cuando
las ranas críen pelo’.
Por otro lado, el diccionario
de la lengua española (DEL), en su segunda y coloquial acepción para el
término ciruelo nos dice: ‘Hombre muy necio e incapaz’, que puede ser razón
y fundamento del refrán ‘Ser como el maestro Ciruela, que no sabía leer y
puso escuela’.
Una clara y crítica alusión
a aquellos que pretenden dar lecciones y pasar por entendido, cuando en
realidad carecen de los más mínimos conocimientos en la materia, una ignorancia
que se pone de manifiesto nada más oírle. (¿Continuará?)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
¿Qué significa, que lo hará o que no lo hará?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMuy falso
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