Unos años bisiestos que
desde la instauración del calendario gregoriano han de cumplir dos requisitos
para serlo. El primero proviene del anterior calendario juliano y es el
más conocido, nos dice que la cifra del año ha de ser divisible entre 4. Y así,
el pasado 2016 fue bisiesto, como lo es el actual 2020 y lo será el próximo
2024. El segundo, una de las dos medidas que vinieron de mano de la
instauración del gregoriano en 1582, es una excepción que afecta a los años que
son múltiplos de 100. O sea, aquellos que son de fin de siglo o finiseculares,
vamos los que terminan en 00, que en este caso serán bisiestos si también son
múltiplos de 400.
Una propiedad que
podemos determinar fácilmente, con solo prescindir de los dos ceros y comprobar
que el resto del número sea múltiplo de 4. Así, con esta regla, sí fueron
bisiestos 1200, 1600 y 2000, como lo serán 2400, 2800 o 3200. Pero no lo fueron
1700, 1800 y 1900, como tampoco lo serán 2100, 2200 o 2300. Lo son porque 12, 16,
20, 24, 28 y 32 son múltiplos de 4, mientras que 17, 18, 19, 21, 22 o 23 no son
múltiplos de 4.
Una condición
aritmética que implica que cada 400 años haya 97 años bisiestos de 366 días y
303 años normales de 365 días. Ya a una escala temporal más humana, se trata de
un día del mes que a lo largo de nuestra existencia, conoceremos entre veinte y
veinticinco ocasiones, si la vida no nos falla.
Por cierto, no quiero
que se me pase poner negro sobre blanco la razón astronómica de su existencia,
y que no es otra que la de corregir el desfase entre la duración del año
trópico de 365 días 5 h 48 min y 45,10 s (365,242189 días) y el año
calendario de 365 días. La solución, ya la sabe, pasa por aumentar la
duración de este último con un día extra y contabilizar la acumulación
aproximada de 1/4 de día por año.
Acabo con un par de
curiosidades, en los años bisiestos es cuando se celebran los Juegos
Olímpicos y 2020 es también un año autobiográfico, y un refrán: ‘Febrerillo
el loco, tiene días veintiocho; pero si bisiesto fuere, cuéntale veintinueve’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 27
de febrero de 2020, en la contraportada del semanario Viva Rota,
donde también la pueden leer.
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