Quien dice dromedarios
dice también camellos, pertenecen al género camelus, y por
supuesto que la llevan o eso dice el saber popular, que estos animales resisten
tanto tiempo sin beber porque tienen agua almacenada en las jorobas. Pero
claro, dicho conocimiento ¿es ciencia o es credulidad?, ¿qué hay de cierto en
él?
Pues en puridad más
bien poco, aunque algo hay, ya que el agua no la tienen como tal, sino en
segunda derivada podríamos decir. Gracias a las jorobas, camellos (dos) y
dromedarios (una), la pueden obtener, pero no porque la tengan almacenada ahí.
No. En realidad, la joroba o giba es una acumulación de tejido muscular
y grasa (lípidos compuestos principalmente por fosfolípidos y pequeñas cantidades de
triglicéridos) que puede transformarse en energía y agua en caso de necesidad, cuando los animales no dispongan de alimento y
bebida.
Y el saber popular, en
su inmediatez, ha cogido un atajo explicativo: directamente dice que contienen
agua y por eso pueden recorrer muchos kilómetros, y durante bastante tiempo,
sin beber. Es la mentira de la verdad.
Lo cierto es que el
agua se obtiene junto a la energía (de ella no habla el saber popular) gracias
al proceso del metabolismo, en el que se degradan nutrientes orgánicos,
biomoléculas, mediante catabólicas reacciones de oxidación-reducción. El agua
así obtenida se denomina ‘agua metabólica’ y aquí está el ‘quid’ de la
cuestión y la condición necesaria por la que estos animales pueden resistir
hasta dos semanas sin tomar nada. Esta es la verdad de la mentira.
Una condición necesaria pero no suficiente para
explicar esa enorme resiliencia que les permite la supervivencia en
circunstancias tan extremas, pero estos animales presentan otras
particularidades biológicas y adaptaciones fisiológicas.
Ingieren grandes volúmenes de agua en muy poco
tiempo, más de 100 L en pocos minutos, para después pasar hasta diez días sin
tomarla. Reducen las pérdidas de agua por diferentes vías (cutánea, sudoración
muy limitada; respiratoria, prácticamente no jadean; digestiva, casi no
salivan; y urinaria, excretan una orina muy concentrada). Tienen una heterotermia
adaptativa que les posibilita variar su temperatura corporal hasta en siete grados
Celsius.
Cierran los orificios nasales que, además de
impedir la entrada de arena, limita las pérdidas de agua en el tracto
respiratorio superior, a la vez que los conductos nasales
pueden absorber agua del aire que los atraviesa (higroscopía). También la
sangre juega su papel en esta adaptación, no
solo por su elevado volumen relativo, sino porque sus eritrocitos o glóbulos
rojos son ovoides, pequeños y delgados, lo que facilita su flujo en una sangre
menos fluida y los hace más resistentes a los cambios osmóticos. En fin, ‘La
idea principal en toda la biología es la evolución’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 03
de enero de 2020, en la contraportada del semanario Viva Rota,
donde también la pueden leer.
¿Existen caligramas científicos?
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