Con un retraso de algo más de cuatro años
desde su publicación por la editorial, les enroco esta reseña bibliográfica fruto
de una casualidad que vino guardada en una coincidencia y que está envuelta a
su vez en una acción. Unas circunstancias que bien pensado no vienen ahora al
caso, por lo que voy a lo que vengo y realmente me trae ante ustedes.
Y que no es otra que recomendarles esta
pequeña joyita publicada en 2015, de tan solo176 páginas -por cierto, escuálidamente rellenas de palabras muchas de ellas,
aunque sobradas de pensamientos e ideas geniales todas-, escrito por el esloveno
Slavoj Zizek (1949).
Por su sorprendente título, Mis
chistes, mi filosofía, ya se pueden hacer una idea de la extraña mezcla
del contenido, en el que se combinan acontecimientos de más o menos actualidad con,
lo que podríamos quizás llamar, algunas categorías filosóficas abstractas,
aderezado todo con un humor dialécticamente grosero.
Un cóctel en el que entran de manera
desordenada el cine, la ciencia, el socialismo, la iglesia, el psicoanálisis,
la política, la cultura o la religión, representadas por algunos de sus
personajes y actores principales, sirvan de ejemplo: Lenin, Jesucristo,
Gagarin, Groucho, Freud, Clinton, Juan Pablo II, Marilyn Monroe, Kierkegaard, Stalin,
la Virgen María o Kruschev.
Y todo en la más descacharrante, ácida,
hiriente, paródica y ofensiva clave de humor que se pueda imaginar. Una
auténtica prueba del algodón de que el libro no es sólo un divertimento y que,
tras la humorística forma, el fondo que subyace es más que serio. Digo esto porque
nunca nos tomamos el humor lo suficientemente en serio, y deberíamos hacerlo. Vaya
si deberíamos.
Son ciento siete (107) pequeñas historias o
chascarrillos que prefiero descubran ustedes, si bien les adelanto algo. La
casualidad-origen de esta entrada fue un recorte que, sobre una de las historias
del libro, tenía en mi carpeta de prensa desde febrero de 2015. La coincidencia
que la ha guardado hasta ahora, una charla que impartí hace no mucho sobre el
primer hollamiento lunar y en la que de manera lateral aparecía la misma
historia. Y la acción que la ha envuelto, un ejemplar que la editorial tuvo la
amabilidad de enviarme hace unas semanas.
Casualidad, coincidencia y acción, más o menos
lo que mi héroe cinematográfico favorito, James Bond, dice en Goldfinger
(1964), aquello de: ‘Una vez es casualidad. Dos, coincidencia. Tres, acción
enemiga’. Pues eso. Ah, el chiste conductor es de lo más completo y prometedor pues
relaciona a Gagarin, Kruschev, el Papa y Dios, el bromista supremo.
Recuerden:
TÍTULO: Mis chistes, mi filosofía
AUTOR: Slavoj Zizek
EDITORIAL: Anagrama, 2015.
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