Basta echar una mirada a lo que llamamos Cultura,
así escrita con mayúscula, para percatarnos de que no hay ni una sola actividad
humana en la que la Luna, a lo largo del tiempo, no haya dejado su
huella sobre ella. Desde la mitología a la religión y desde las artes hasta las
ciencias, pasando por las tecnologías y las pseudociencias, nuestro único
satélite siempre ha estado en boca, mente y mano de muchos de los humanos.
Pero hasta hace bien poco -en estos días
pasados, cincuenta años ya- sólo se la había mirado, poemado, recitado, cantado,
observado, estudiado, filmado e incluso orbitado, pero nunca hasta ese día 21
de julio de 1969, horario español, nadie nunca la había hollado. Un acto que
conmocionó al mundo y tuvo un gran impacto en diferentes esferas de la vida
social y cultural.
Porque lo cierto es que antes, durante y
después de esta hazaña del hombre (masculino genérico) la Luna ha sido
centro de atención: de credulidades, leyendas y creencias, de la prosa y la poesía,
de la pintura y el dibujo, del amor y el temor, de la alquimia y la astrología,
de la fotografía y el cine, de la moda y la filosofía, de la música y la
gramática, del cómic y la fantasía científica y, por supuesto, de la ciencia y
la tecnología.
Pues bien, de toda esta humanista mezcla de
conocimientos lunáticos nos habla la autora de este libro de no ficción, a lo
largo de sus doscientas cinco (205) páginas estructuradas en nueve (9)
capítulos y complementado con una interesante bibliografía. Escrito con rigor
científico en el fondo y amenidad literaria en la forma, su lectura nos termina
sabiendo a poco, trato de decir que no hubiera importado en absoluto que
contuviera el doble de páginas.
Vamos que se trata de un libro más que
recomendable para estas tardes septembrinas y una vez pasado el huracán Apolo
11. Recuerden:
Las mil caras de la Luna
Eva Villaver
HARPERCOLLINS
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