Convencido estoy de
que el “vivo” lector roteño, nada más ver el título, lo ha asociado con el
cincuentenario y el quincentenario del inicio de dos extraordinarias aventuras
humanas, que casi se solapan este verano de 2019. Un estío que por
cierto se nos está yendo con el discurrir de estos serenos días septembrinos
sin que, al menos aquí al sur del Sur, hallamos sufrido ni una ola de calor
digna de reseñar como tal ni, por supuesto, el acostumbrado ferragosto andaluz.
Y es que el tiempo (meteorológico)
está loco que decía mi abuela María, aunque ahora, un siglo después, se
refieran a él como el “cambiante cambio del climático clima”. En fin, es lo que
tienen las ciencias, que adelantan que es una barbaridad, como dice la letra
zarzuelera.
Pero yendo a lo que
nos trae, la pareja de hazañas expedicionarias, éstas no son otras que la primera
circunnavegación al planeta, que partió el 10 de agosto de 1519 de Sevilla,
volviendo al mismo lugar el 8 de septiembre de 1522, tras recorrer sesentainueve
mil ochocientos trece kilómetros (69 813 km) en una travesía que duró mil
ciento veinticinco (1125) días. Celebramos pues su quingentésimo (500. º)
aniversario.
Y el primer alunizaje humano, que despegó de Cabo Cañaveral el 16
de julio de 1969 para regresar el 24 de julio, tras poco más de ocho (8) días
de viaje en los que recorrió la astronómica distancia de un millón quinientos
treinta y tres mil setecientos noventa y dos kilómetros (1 533 792 km). Su
quincuagésimo (50. º) aniversario pues.
Todo un signo de los
tiempos si comparamos el periodo que los separa, cuatro siglo y medio, la
duración de los viajes, tres años frente a ocho días, y la distancia recorrida,
un millón y medio de kilómetros frente a siete decenas de miles. Y sigo con la
comparativa.
Tras la singladura
náutica de la primera vuelta a la Tierra: un país, España; un líder
político, el emperador Carlos I; un hombre que ejecuta el proyecto, Elcano;
una nao que arriba a puerto al final de la travesía, la ‘Victoria’; y un
lugar de partida, el Puerto de Mulas de Sevilla. Igualmente, tras el
viaje espacial del primer hollamiento de la Luna: otro país, EE. UU.;
otro líder político, el presidente J. F. Kennedy; otro hombre que lo
ejecuta N. Armstrong; otra nave que aluniza, el ‘Eagle’; y otro
lugar de partida, Cabo Cañaveral en Florida.
¿Fue Sevilla el cabo
Cañaveral del siglo XVI? ¿Qué gesta cree que fue más heroica, más rentable y
más útil para la humanidad? En cuál piensa que corrieron más riesgos, ¿en esas
cáscaras de nuez que eran las naos o dentro del módulo lunar cuya chapa era más
delgada que la de algún todoterreno que conozco? Es más, ¿le parece justo
compararlas? La cita, claro, es: ‘Primus circumdedisti me’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 06
de septiembre de 2019, en la contraportada del semanario Viva
Rota, donde también la pueden leer.
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