Quizás coincidan conmigo en que hay fechas de
nuestras vidas que no se olvidan fácilmente pues, de una manera u otra se han
instalado, primero, en la memoria del individuo (Freud, ‘dixit’)
y, después, en el inconsciente del colectivo, (Jung, ‘dixit’
también), de forma que se vuelven prácticamente imborrables.
Y si bien es cierto que son distintas para cada
generación, tienen diferentes naturalezas en cada caso y afectan de forma
desigual a cada uno de nosotros, no lo es menos que todos, todos, tenemos alguna
o algunas de ellas. Por ejemplo, para muchos de los que nacimos en los años
cincuenta del siglo pasado, la llegada del hombre a la Luna en la noche
ibérica del 20 de julio de 1969, entonces cayó en domingo, es una de ellas.
Se lo digo a modo de justificación de este negro
sobre blanco impreso ya que, mañana sábado 20 de julio de 2019 se cumplirá el quincuagésimo (50. º)
aniversario de la llegada a nuestro satélite de la misión ‘Apolo 11’.
Cincuenta (50) años pues. Uno de esos “tontunos números redondos” que, por el
mero hecho de serlo parecen cargar de argumento a cualquier tipo de
conmemoración, en algunos casos inmerecidas, si bien no es éste. En fin, un
ejemplo más de la credulidad humana y una muestra de nuestros límites
psicológicos. Y el que nos trae es, sin duda alguna, un viejo sueño de la
humanidad que en realidad empezó a tomar cuerpo en 1961, ocho años antes.
Cuando el presidente J. F. Kennedy pronunció
su ilusionante mensaje en el Congreso: “Esta nación debe comprometerse,
antes de finalizar esta década, a conseguir el objetivo de hacer aterrizar a un
hombre en la Luna y retornarlo sano y salvo a la Tierra”. Todo un reto
histórico que se empezó a materializar con el lanzamiento del 16 de julio de
1969 en Cabo Cañaveral (Florida) del cohete ‘Saturno V’, en cuya cima y
dentro de una capsula cónica iban los astronautas Armstrong, Aldrin
y Collins. Cuatro días después se producía el alunizaje
del vehículo lunar ‘Eagle’, en España eran las 21 h, 17 min y 43 s del
día 20 de junio de 1969.
Yo lo vi en televisión
con mis padres, como también vi horas después -ya de madrugada, mi padre me despertó-,
descender al comandante Armstrong de la nave y dejar la primera huella humana
sobre la superficie lunar, la de su pie izquierdo, ¿quizás la más importante de
la historia humana? Eran las 3:56 h del 21 de julio y sin duda fue una hazaña
extraordinaria. Fue entonces cuando pronunció su famosa y polémica frase, ya
saben: “Este es un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la
humanidad”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 12
de julio de 2019, en la contraportada del semanario Viva Rota,
donde también la pueden leer.
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