domingo, 18 de agosto de 2019

Apolo 11. Breve aproximación científico-técnica (25)

(Continuación) Aquel artículo indeterminado [a], que no se escuchó en la Tierra pero que Armstrong afirmaba haber pronunciado en la Luna a algo más de 384 000 km, y que en su opinión está ahí, sólo que no es fácil de detectar, como al parecer así fue.
Según los resultados de esta nueva técnica de interpretación de audio, la palabra fue dicha en tan sólo treinta y cinco milisegundos (35 ms), un tiempo diez veces más rápido del que hubiera sido necesario para que fuera audible en el planeta, dado el nivel tecnológico de la época. Pero que estar, estaba y está, como así lo evidencia el rastro obtenido por el nuevo tratamiento digitalizado de la voz grabada analógicamente.
Un rastro que se convierte en la prueba de su existencia, como su corta duración se convierte en el motivo de que no se hubiera transmitido bien. Ésa era la razón de que, ahora sí, todos la tuvieran.
Ni que decirles que el astronauta quedó encantado con la respuesta del nuevo análisis digital. Por cierto, la mítica frase que pronunció al poner su pie en la Luna ¿la llevaba preparada o fue una improvisación sobre la marcha? Pues, como en los toros hay división de opiniones.
¿Improvisada o preparada’
Tal como recoge el periodista científico estadounidense Andrew Chaikin (1956) en su libro Un hombre en la Luna (1994), la frase se le ocurrió de forma espontánea, nada más alunizar y justo antes de descender del módulo. Ya, sin embargo, no es eso lo que afirmó su hermano Dean en unas declaraciones de 2013 (un año después de la muerte de Neil) recogidas en el programa ‘Neil Armstrong - First Man on the Moon’ emitido por la BBC.
Según él su hermano sí tenía preparadas estas palabras con antelación y de hecho una noche semanas antes de que la tripulación del Apolo 11 partiera hacia Cabo Cañaveral le entregó un papel con la famosa frase escrita.
Y en él no aparecía el artículo indefinido, eso seguro. Pero cuando la pronunció en la Luna añadió la bendita partícula, sólo que no se oyó entonces. En fin, preparada y sin el artículo a escrito, aunque pronunciado pero no oído en principio. Ya, pero es lo que hay.
Un último apunte antes de finalizar esta tercera leyenda. No es ésta la única frase polémica de Armstrong. En los mentideros astronáuticos se habla de otras palabras más, digamos, picantes. Es una historia que tiene que ver con la expresión verbal de una posible sexualidad oral, sí tal como lo lee. Y como soy consciente de que es posible que suene confuso si era sexo hablado u orado, mejor lo dejamos para la siguiente entrega. (Continuará).
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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