(Continuación) Aquel artículo
indeterminado [a], que no se escuchó en la Tierra pero que Armstrong
afirmaba haber pronunciado en la Luna a algo más de 384 000 km, y que en
su opinión está ahí, sólo que no es fácil de detectar, como al parecer así fue.
Según los resultados
de esta nueva técnica de interpretación de audio, la palabra fue dicha en tan
sólo treinta y cinco milisegundos (35 ms), un tiempo diez veces más rápido del
que hubiera sido necesario para que fuera audible en el planeta, dado el nivel tecnológico
de la época. Pero que estar, estaba y está, como así lo evidencia el rastro
obtenido por el nuevo tratamiento digitalizado de la voz grabada analógicamente.
Un rastro que se
convierte en la prueba de su existencia, como su corta duración se convierte en
el motivo de que no se hubiera transmitido bien. Ésa era la razón de que, ahora
sí, todos la tuvieran.
Ni que decirles que el
astronauta quedó encantado con la respuesta del nuevo análisis digital. Por
cierto, la mítica frase que pronunció al poner su pie en la Luna ¿la llevaba
preparada o fue una improvisación sobre la marcha? Pues, como en los toros hay
división de opiniones.
¿Improvisada o preparada’
Tal como recoge el periodista
científico estadounidense Andrew Chaikin (1956) en su libro Un hombre
en la Luna (1994), la frase se le ocurrió de forma espontánea, nada más
alunizar y justo antes de descender del módulo. Ya, sin embargo, no es eso lo
que afirmó su hermano Dean en unas declaraciones de 2013 (un año después de la
muerte de Neil) recogidas en el programa ‘Neil Armstrong - First Man on the
Moon’ emitido por la BBC.
Según él su hermano sí
tenía preparadas estas palabras con antelación y de hecho una noche semanas antes
de que la tripulación del Apolo 11 partiera hacia Cabo Cañaveral le entregó
un papel con la famosa frase escrita.
Y en él no aparecía
el artículo indefinido, eso seguro. Pero cuando la pronunció en la Luna añadió
la bendita partícula, sólo que no se oyó entonces. En fin, preparada y sin el
artículo a escrito, aunque pronunciado pero no oído en principio. Ya,
pero es lo que hay.
Un último apunte antes
de finalizar esta tercera leyenda. No es ésta la única frase polémica de
Armstrong. En los mentideros astronáuticos se habla de otras palabras más,
digamos, picantes. Es una historia que tiene que ver con la expresión verbal de
una posible sexualidad oral, sí tal como lo lee. Y como soy consciente de que es
posible que suene confuso si era sexo hablado u orado, mejor lo dejamos para la
siguiente entrega. (Continuará).
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog]
las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
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