Para esta en apariencia simple pregunta San
Agustín, uno de los cuatro Padres de la Iglesia, ofrecía ya en el
siglo V una más que decepcionante respuesta. En sus ‘Confesiones’
podemos leer: “¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, sé lo que
es. Pero si quiero explicárselo a alguien que me lo pregunta, entonces no lo
sé”. Decepcionante porque la
verdad es que no nos sirve de gran ayuda el pensamiento del santo de Hipona,
acerca de esta misteriosa e inquietante idea. Sin embargo, tengo para mí que, a
pesar de no decirnos nada, esta respuesta es (casi) tan buena como cualquier
otra que podamos conseguir a la hora de definirlo. Qué sabe nadie.
No olvidemos que el tiempo ha sido siempre una
cuestión de profundo interés para el hombre, de hecho, el ‘Doctor de la
Gracia’, ya se manifestó sobre él, al considerarlo una propiedad del
universo que no podía existir antes de ser creado éste. Vamos, que tiempo
y universo empezaron a la vez, tuvieron un mismo origen. Ahí hiló fino,
por eso digo que, ¡quién sabe! Sin embargo, es mucho lo que ha llovido desde
entonces, y la pregunta sigue generando respuestas embarazosas, por lo que el
reto sigue en pie. Al fin y al cabo, es una de esas que pertenecen al
campo de los filósofos, los místicos o quienes ustedes quieran que se dediquen
a tratar problemas difíciles.
También, claro, a los científicos y más en concreto
a astrónomos y metrólogos, para quienes la pregunta debería ser ‘¿Cómo
se mide el tiempo?’, ésa sí que tiene respuesta desde el cuerpo de
conocimientos ciertos que son las ciencias. Verán, no es que sea un asunto
fácil, que no lo es, pero tampoco es que sea lo contrario. ‘Grosso modo’
la teoría pasa porque, para medirlo, basta con disponer de un fenómeno natural
de recurrencia regular en el que fijarnos, después, la técnica consiste en
comprenderlo y concretar una unidad, en base a su reaparición y recurrencia. ‘Et
voilà!’
Como seguro habrá pensado, durante la mayor parte
de la historia humana, el paso del tiempo ha sido medido alrededor del día y
del año, las dos unidades naturales. Una es el intervalo transcurrido entre dos
amaneceres consecutivos y está relacionada con lo que tarda la Tierra en
dar una vuelta alrededor de su eje (movimiento de rotación), y otra es
el lapso que emplea en describir su órbita elíptica alrededor del Sol (movimiento
de traslación). Las demás unidades, meses, semanas, horas, minutos,
segundos son artificiales. Y hablando de tiempo, tal día como mañana sábado 15
pero del año pasado, entonces cayó en viernes, arrancaba esta sección
pretendidamente divulgadora. Les dejo con el empirista, “La verdad es
hija del tiempo, no de la autoridad”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean
ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció
publicada el 14 de junio de 2019, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde
también la pueden leer.
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