Estamos en el ecuador
de mayo y es pertinente que escriba sobre la expresión del titular, porque fue
en este mes florido cuando nació de forma pública, hace de esto ya sesenta
años, justo el 7 de mayo de 1959. ‘Las dos culturas’, acuñada por el
inglés Charles Percy Snow científico de formación, escritor por vocación
y funcionario de profesión, que da título a una conferencia y un libro homónimo
que, con el tiempo, se ha convertido en todo un estereotipo cultural contemporáneo,
y con el que su autor hace referencia al proceso de cristalización de dos
ambientes intelectuales cada vez más escindidos e incomunicados.
De un lado lo que él
llama ‘la cultura tradicional’, donde incluye de forma genérica a los artistas
y, en concreto, a los literatos. Y de otro lado los ‘científicos’, tanto puros
como aplicados, y los ingenieros. Mundos paralelos que coexisten y en los que
los artistas muestran escaso interés y profundo desconocimiento de los avances
científicos, o más exactamente, de la Revolución Científica e Industrial
que se inicia a finales del siglo XIX, y los científicos prestan poca atención
a la cultura artística e incluso la miran con desdén. Cuestión de diferencias
apreciativas. Dos bandos que de forma simplista él denomina ‘intelectuales
literatos’ y ‘científicos naturales’, vamos, lo que de toda la vida ha sido “ser
de ciencias o de letras”.
Y las raíces de esa
escisión cultural, la existencia de este abismo de mutua incomprensión, falta
de simpatía y aprecio entre ellos, él cree encontrarlas en el mismo sistema
educativo, responsable de la formación unilateral de los estudiantes. Un mal
asunto éste y de calado qué duda cabe. En palabras del
propio Snow: ‘Cuando los no científicos oyen hablar de científicos que no han leído
una obra importante de la literatura, sueltan una risita entre burlona y
compasiva.
En una o dos ocasiones me he sentido provocado y les he preguntado
cuántos de ellos serían capaces de enunciar la Segunda Ley de la
Termodinámica. Su respuesta fue fría y negativa. Y, sin embargo, había
preguntado algo así como el equivalente científico de: “¿Ha leído usted alguna
obra de Shakespeare?”. Es más, creo que si hubiera preguntado algo todavía más
simple, como: “¿Qué entiende usted por masa, o por aceleración?”, que es el
equivalente científico de “¿Sabe usted leer?”, sólo uno de cada diez de los
mejor educados habría tenido la impresión de que estaba hablando su misma
lengua’.
No suelo coincidir en
casi nada de lo que afirma Gabriel García Márquez, pero sí hago mías sus
palabras cuando dice: “La idea de que la física sólo concierne a los físicos es
tan anticientífica como antiartística es, asumir que la poesía sólo concierne a
los poetas”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog]
las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció
publicada el 17 de mayo de 2019 en
la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden
leer.
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