(Continuación) Luego tener veneno es una ventaja por lo que, a lo largo
del tiempo, se irán seleccionando especímenes cada vez más tóxicos o con
venenos más potentes, ya que a la vez sus depredados o presas serán
seleccionadas para soportar cada vez dosis más altas de veneno, a modo de coevolución.
Es lo que se conoce como método
de selección natural. No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se
adapta. En definitiva, trato de decir que no todos los venenos son malos o,
mejor dicho, que no todo es negativo en el mundo de los venenos.
A la caza de venenos que curen: venómica
Se trata de un nuevo y novedoso campo interdisciplinar que recurre a la genómica (estudio del ADN), la proteómica (estudio de las proteínas)
y la transcriptómica (estudio del ARN) para conocer más a fondo la
naturaleza de los venenos y su potencial terapéutico. Lo hace identificando
aquellas moléculas potencialmente letales, pero que también pueden esconder
propiedades bioquímicas que puedan a la vez sanar.
Y resulta que en la actualidad, el de los animales venenosos, es un
territorio prácticamente inexplorado por la ciencia, para la búsqueda de nuevos
venenos que nos puedan llevar a nuevas medicinas. Se estima que solo se ha
investigado entre el 2% y el 3% del potencial terapéutico de estos venenos y
esto por varias razones.
Una de ellas es más que evidente. A nadie escapa que no son pocas las
dificultades para obtener las muestras. Muchos animales venenosos son exóticos,
se encuentran en lugares remotos y la captura para extraer su veneno no está
precisamente exenta de riesgos.
Otra de las complicaciones es la elevada complejidad en la naturaleza y
composición de estos venenos, que suelen estar formados por multitud de
moléculas diferentes. No obstante, en las últimas décadas, se ha dado un gran
empuje a la exploración científica de este territorio desconocido de la
investigación. De ello se encarga la Venómica.
Concluyendo que es gerundio
Ya ven que he sido honrado y no les engañé. A pesar de que se ha tratado
de un viaje en el tiempo de más de veintiseis siglos, en el que han aparecido algunas
disciplinas, sustancias venenosas y científicos cuyas muertes, unas fueron
heroicas, otras impropias y otras más por qué decirlo indignas.
A pesar de esto, al final y si lo miran bien, no les he contado más que
curiosidades o quisicosas de la ciencia, que quizás poco tenga que ver con
ella, o sí. Lo digo porque en los albores del XIX el gran Goethe nos dijo “La historia
de la ciencia es la ciencia misma”.
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