Tal día como
hoy de hace ciento cincuenta años, el 6
de marzo de 1869, el químico ruso Dimitri
Mendeléiev (1834-1907) comunicaba a la Sociedad
Química Rusa la primera versión de una tabla periódica correspondiente a
los sesenta y tres (63) elementos
químicos conocidos hasta entonces, basándose en las propiedades químicas de
las sustancias simples que formaban.
Culminaba
así más de
un siglo de estudio de dichas propiedades, llevado a cabo por otros numerosos
científicos, y del que este día de este año pasa por ser aquél en el que se
cumple su sesquicentenario. Una tabla en la que aparecían los elementos
distribuidos en filas y columnas, siguiendo un orden creciente de sus pesos atómicos (mejor, masas atómicas).
Ordenación
que dejaba bien a las claras, cómo determinadas propiedades atómicas (de los
elementos) y físico-químicas (de las sustancias simples) se repetían de forma
periódica, si los colocábamos en función de los valores de las masas atómicas,
aunque, en puridad, lo es del de sus números
atómicos.
Una inexorable
regularidad que nos muestra de manera visual, una ley científica de la misma
importancia que la del teorema de
Pitágoras (siglo VI a.C.), las tres
leyes de la dinámica, la gravitación
universal (LGU) newtoniana (1687) o la del emparejamiento entre las bases
del ADN y conocida como ley de Chargaff, por citar algunas.
En este caso que nos
trae se trata de la ley de la
periodicidad de las propiedades químicas y atómicas de las sustancias
simples y los elementos químicos, de la que la tabla periódica es un testimonio
de su universalidad como ley general de la naturaleza y de la realidad de sus
manifestaciones.
Algo
de intrahistoria de la tabla
Lo
cierto es que un boceto manuscrito de dicha ordenación, ya lo tenía listo el
ruso el primer día del tercer mes -1 de
marzo de 1869, según el calendario
gregoriano-, tal como aparece reflejado en su escrito ‘La experiencia de un sistema de elementos basados en su peso atómico y
semejanza química’.
Un boceto que, con posterioridad
a dicha presentación, mejoraría mucho su significado científico, con el simple
detalle de permutar filas por columnas. Por cierto, y ya que estamos de
detalles -importantes porque en ellos dicen que está el Diablo o ¿es Dios quién
está?-, les comento algunos.
El primero, más que un comentario
es un fleco que dejo suelto, con respecto a la fecha de presentación de dicha
tabla: ¿Fue el 6 o el 8 de marzo de 1869?, es que me ha llegado cierta
información…
El segundo detalle
concierne al acto de dicha presentación. Al parecer, por motivos de enfermedad,
Mendeléiev no pudo presentar su
trabajo, de forma que en su nombre lo leyó el secretario de la Sociedad Química Rusa, Nikolai Menshutkin (1842-1907).
Aparece publicado con
el título ‘La relación entre las
propiedades y el peso atómico de los elementos’, en el Diario de la
Sociedad Química Rusa, Zhurnal Russkie Fiziko-Kimicheske
Obshchestvo, 1869, 1, 60-77. Y más tarde lo hace en la revista alemana Zeirschrift für Chemie.
En ambos va su
propuesta de ordenación de los sesenta y tres (63) elementos conocidos hasta
ese momento, de forma tal que los que pertenecían a una misma familia aparecían
en la misma línea horizontal. (Continuará)
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