domingo, 30 de diciembre de 2018

'Un ascensor al espacio' [Libro Recomendado-089]

Es la última novedad de divulgación científica que he leído, y me apresuro a ponerles estas líneas antes de que acabe el año pues se trata, sin duda alguna, de un libro que no se puede perder en este 2018 que se nos va.
Escrito por el matrimonio formado por los científicos y divulgadores Kelly y Zach Weinersmith, con su estilo llano y ameno, cargado de clarificadoras analogías y buenas cápsulas de humor, consiguen que la lectura de este ensayo resulte muy divertida y didascálica.
Y eso que bastante de lo expuesto por los autores no adolece ni de un ápice de rigor, y muchos de los conceptos científicos vertidos en sus casi quinientas páginas son de lo más complejo desde el punto de vista cognitivo. Pues bien, de todo ello sale más que airoso el matrimonio.
En mi opinión, Un ascensor al espacio, puede convertirse en un nuevo espejo en el que reflejarse a la hora de escribir divulgación científica. Riguroso, exigente, serio, erudito e interdisciplinar en cuanto al fondo, pero bien articulado y muy divertido en cuanto a la forma (a destacar las notas al pie de página, las autoparodias ilustrativas de Zach, las notas bene incluidas al final de los capítulos).
En definitiva, un buen ejemplo que refuerza el conocido aserto chestertoniano según el cual divertido no es lo contrario de serio, no, lo es solo de aburrido, y de nada más.
No les he dicho aún que el libro está estructurado en una introducción, tres secciones que contienen once apartados, el consabido apartado de agradecimientos, una extensa bibliografía (eso sí en inglés) y un interesante índice onomástico.
¿Y de qué va este libro? Una buena pista a esa pregunta en busca de respuesta nos la ofrece el extenso subtítulo que lleva ‘Un viaje fascinante por las innovaciones que marcarán nuestro futuro’. Vamos, que marchando una de ciencia y ciencia-ficción, pero con la fina línea que las separa, flexible y permeable, bien trazada.
No en vano los autores sólo escriben sobre lo que ellos consideran probable, y a veces no tanto, planteándose cómo podrían ser muchas de las tecnologías venideras, y en qué forman cambiarían nuestro mundo. Todo un reto pues sabido es que la predicción es muy difícil, especialmente si es sobre el futuro.
A modo de aperitivo sepan que en este ejemplar que les reseño se tratan proyectos relacionados, por ejemplo, con el uso de androides para trabajar en minas localizadas en el espacio, o con el abaratamiento de los viajes al espacio, mediante cohetes reutilizables o ascensores interplanetarios, y con la construcción de colonias orbitales.
Y dentro del “universo” de las impresoras 3D, con su extraordinaria capacidad para fabricar los elementos más dispares: desde órganos para su inmediato trasplante, pasando por alimentos listos para su ingesta, hasta casas en las que habitar. Como nos dice el poeta todo es cuestión de medida.
Sin olvidarnos del mundo de la robótica, con la creación de microrrobots que se ingieren y, una vez dentro de nuestro organismo, nos curan enfermedades, a modo de versión actualizada de Viaje alucinante de mediados del siglo pasado.
O con los sorprendentes enjambres, conjuntos de cientos de estos microrrobots que, de forma coordinada, pueden adquirir las formas y desempeñar las funciones más insospechadas, como los kilobots ya patentados.
Y por supuesto con la prodigiosa interfaz computacional que posibilita la interacción directa entre ordenadores y cerebro de usuario, cuando no su sustitución. Una auténtica maravilla que se puede traducir en numerosas funciones terapéuticas.
Desde la conservación de la memoria de una persona de forma externa para su posterior restauración, hasta el almacenaje de cincuenta millones de copias de El Señor de los Anillos por poner un ejemplo, en una gota de agua, lo que no es un decir. Cautela.
Ni que decirles tengo que la exposición de proyectos abarca un amplio espectro de posibilidades, cuyos límites rozan por un extremo, con auténticas chifladuras que producen risa, y por el otro, con inquietantes iniciativas en clave anticipatoria que dan miedo. Y lo producen, no solo por los graves dilemas éticos con conllevan, sino porque el principal escollo para ponerlos en práctica hoy día es, únicamente, económico. No científico ni tecnológico.
Una mezcla homogénea, el contenido de este libro, constituida por los ingredientes ciencia, tecnología, divulgación, ciencia-ficción y charlatanería, que seguro producirá una reacción en el intelecto del lector, a poco que lo haya entendido algo, y convencido estoy que lo hará.
Una reflexión sobre un futuro bien inmediato del que algo tendrá que opinar lo quiera o no, sea de risa o de miedo. Precaución. Que ya se sabe que de la risa al miedo sólo hay un paso y, como dijo aquél, nunca pienso en el futuro porque llega enseguida. Caución. Lo dicho, este volumen es de lo más recomendable. Recuerden:
TÍTULO: Un ascensor al espacio
AUTORES: Kelly y Zach Weinersmith
EDITORIAL: Blackie Books, 2018.


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