viernes, 21 de diciembre de 2018

Invierno 2018-2019: Inicio astronómico (y 3)

(Continuación) Asimismo, a lo largo de las noches de invierno, podremos ver las doce (12) estrellas más brillantes del cielo que son visibles desde nuestra latitud. A saber, y sin que se me olvide ninguna: Sirio, Arturo, Vega, Capela, Rígel, Proción, Betelgeuse, Altair, Aldebarán, Antares, Espiga y Pólux. Sí, doce.
Otras observaciones
Si disponemos de un pequeño telescopio o en su defecto de unos prismáticos grandes dotados de un filtro lunar adecuado, hay que ser precavidos, podremos observar el relieve de la Luna, la superficie selenita.
Para conseguir un mejor efecto de su visión, deberá ir observándola noche tras noche conforme va aumentando la iluminación del satélite. De esta forma apreciará cómo, ante sus ojos, van apareciendo nuevos accidentes orográficos.
Con la luna nueva, la noche más oscura, se puede intentar ver nebulosas de emisión como Orión (Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como nebulosa del Cangrejo (Messier 1).
Incluso, aunque con prismáticos, se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea. Y ya por último, rematamos con más información sobre nuestro astro.
De la distancia al Sol y su actividad
Ya está al tanto de que por estas fechas se produce el máximo acercamiento anual o perihelio, entre la Tierra y el Sol. Un sucedido que tendrá lugar el próximo día 3 de enero de 2019, siendo la distancia de algo más de ciento cuarenta y siete millones de kilómetros (147 000 000 km).
Es decir unos cinco millones (5 000 000) menos que en el momento del afelio o de mayor distancia, que tendrá lugar el 5 de julio de 2019.
En lo que respecta a la actividad solar ya hemos enrocado algo. En el astro viene caracterizada por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias, mientras que en la Tierra, se manifiesta en forma de alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares.

Se trata de una actividad que sigue un periodo de aproximadamente once (11) años y que está asociada al ciclo magnético del Sol. En la actualidad nos encontramos en el ciclo solar número veinticuatro (24) que comenzó en diciembre de 2008 y alcanzó su máximo durante la primavera del año 2014. Ya dimos cuenta en estos predios.
Aunque difícil de predecir, según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante el invierno el número de manchas solares seguirá decreciendo alcanzando valores entre cero (0) y dieciocho (18).
Por si están interesados en este aspecto, y dada mi ignorancia del mismo, les remito a Space Weather Prediction Center, donde pueden, por ejemplo, ver gráficas con el número de manchas solares en los últimos años y predicciones de la evolución del actual ciclo.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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