La semana pasada les escribía
de una de ellas, la homeopatía,
quizás la más conocida pero no la única, ni la peor. No olvidemos que todas,
todas sin excepción, por un motivo u otro pueden producir la muerte de un ser
humano, y por supuesto ninguna, ninguna de ellas, cura.
De hecho la homeopatía no ha
curado a nadie en los doscientos veintidos (222) años que lleva de existencia,
que se dice pronto. Y es que todas estas falsas
terapias comparten una característica, la de hacerse pasar por auténtica medicina,
es decir, por estar apoyada en una evidencia científica y tener una efectividad
demostrada de curación, por encima del efecto placebo. Algo que por supuesto no
ha pasado nunca.
Por decirlo de forma rápida
una pseudoterapia no es más que un
caso particular de pseudociencia,
una que tiene su lugar en el mundo sanitario. Y siguiendo con la rapidez, las
pseudociencias son ‘cosas’ que se hacen pasar por ciencia pero que en realidad no lo son. Vamos que son un fraude
científico.
‘Coshas’ como esas que hace
unos años, el anterior presidente de gobierno decía que hacían los catalanes y
que tanto le gustaban, ya ven. ‘Unos chuches’ que diría en otra ocasión. En
fin, milongas embaucadoras en cualquiera de los casos.
Tan fraude son las
pseudoterapias que el gobierno por fin ha decidido ponerles coto, dando pasos
como el de retirar los productos homeopáticos de las farmacias hasta que
prueben su efectividad. O sea. Pero no crean que ha quedado ahí la cosa
gubernamental.
Los ministerios de Sanidad y
Ciencia han presentado un proyecto que las echará fuera de los centros
sanitarios por ineficaces, las alejará de las aulas universitarias por
acientíficas y las sacará del comercio por publicidad engañosa. O sea que.
Y si nos fiamos del nombre que
le han puesto a dicho proyecto la cosa mejora, pues lo han llamado nada menos
que ‘Plan para la Protección de la Salud
frente a las Pseudoterapias’, pero bueno ya veremos en lo que queda, que es
mucho el negocio que hay por medio. O sea.
Más arriba les decía que no
era la única porque -aunque no está completado el listado de estas falsas
medicinas, mal autollamadas ‘terapias alternativas, naturales o integrativas’, ya que no tienen ningún aval científico- se estima
que rondan las 150 técnicas.
Les dejo con algunas de ellas
agrupadas en categoría: Integrales (homeopatía, medicina naturista,
naturopatía, medicina tradicional china, acupuntura, ayurveda). Biológicas
(fitoterapia, terapia nutricional, tratamientos con suplemento y vitamina).
Manipulativas (osteopatía,
quiropraxia, quiromasaje, drenaje linfático, reflexología, shiatsu, sotai,
aromaterapia). Mentales (yoga, meditación, kinesiología, hipnoterapia,
sofronización, musicoterapia). Energéticas (Qi-Gong, Ch-kung, terapia floral,
biomagnetismo, reiki). Y un largo etcétera.
¿Les suenan? ¿Conocen de
primera mano y por desgracia, alguna de ellas? Si es así, de remedio, les dejo
con una cita del físico y filósofo argentino Mario Bunge (1919), dice así:
‘Las pseudociencias son como las pesadillas: se desvanecen a la luz de las
ciencias’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 23 de noviembre de 2018 en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer.
¿Cuales son los fundamentos científicos de la homeopatía y demás, según usted, psudoterapias?
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