domingo, 25 de noviembre de 2018

Otros vuelos en globo. ‘Montgolfiera’, 1783 (1)


(Continuación) Unos meses después, el 4 de junio de 1783, los Montgolfier realizaban una nueva demostración pública, ahora en un mercado francés, con un globo aerostático lleno de aire caliente, construido con tela y papel y de unas dimensiones considerables. Vean si no.
Medía diez metros (10 m) de diámetro, tenia un volumen de ochocientos metros cúbicos (800 m³) y una masa de unos doscientos veintiseis kilogramos (226 kg). Su vuelo, presenciado por altos dignatarios, duró diez minutos (10 min), recorrió dos kilómetros (2 km) y alcanzó una altitud estimada entre los mil seiscientos y los dos mil metros (1600-2000 m). Fue todo un éxito.
Tras el cual los hermanos realizaron varias presentaciones más, a la vez que iban perfeccionando mecánicamente el globo. Por cierto que este vuelo fue presenciado por un tal Jean-François Pilâtre de Rozier (1754-1785) que seguro les suena y que quedó maravillado del artilugio.
Un pato, un gallo y una oveja llamada Montauciel
Tanto que se prestó ayudar a los hermanos, en la siguiente demostración que tuvo lugar el 19 de septiembre de 1783 en el jardín frontal del Palacio de Versalles, ante la presencia del rey Luis XVI, la reina María Antonieta y más de ciento treinta mil (130 000) personas que quedaron anonadadas ante lo que vieron.
Porque ésta no era una demostración más. No. Se trataba del primer vuelo sin sujección, tripulado por seres vivos. Tal como lo lee, y es que la idea no era otra que la de investigar los efectos del aire a determinadas alturas.
Pero había una cierta preocupación de que los humanos pudieran encontrar la alta atmósfera perjudicial para su salud, por lo que se pensó en mandar al cielo, en cualquiera de los sentidos ya me entiende, a un par de criminales.

Sin embargo esta opción se descartó, aceptando la sugerencia del rey Luis XVI y colocar en la cesta enganchada al globo: un pato, un pollo y una oveja llamada, muy apropiadamente, Montauciel (Sube al cielo). Así se hizo porque, sabido es que donde hay patrón no manda marinero, y además eran animales irracionales.
Ya se habrá imaginado que lo que estaba detrás de todas estas experiencias, no era otra cosa que llevar a cabo el primer vuelo con seres humanos. Y como nadie sabia qué le ocurriría a un ser vivo a esas alturas, pues eso, tiraron de los tres animales como tripulantes, sin consultarles claro. Animalitos. (Continuará)
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