En la portada, y sobre tan
extenso y sugestivo título, se puede leer el entrecomillado bajo o latino: «Héroes, villanos, asesinos, mártires,
dementes, paladines… y científicos. Todo lo que nunca te contaron sobre la
crónica Negra de la Ciencia».
Se trata de una frase que, al
lector avisado, le aporta pistas de por dónde van los tiros divulgativos de
‘eso que no estaba en el libro de historia de la ciencia’ del autor Eugenio Manuel Fernández. Y es que estamos ante la crónica negra de una serie de mujeres y hombres
que se dedicaron a la actividad de la ciencia,
en cuyo ejercicio perdieron la vida por muy diversas razones.
En cifras, el ejemplar que
tengo sobre mi mesa consta de doscientas treinta y siete (237) páginas estructuradas
en: una (1) inevitable Introducción; cinco (5) Capítulos, agrupadores de causas de decesos; y un (1) práctico, y siempre deseable, Índice Onomástico.
En ellas se acoge a ciento cincuenta (150) científicos, masculino genérico, que murieron
de forma accidental o traumática y cuyas vidas el autor, sus fundadas razones
tendrá, consideró que eran las que debía poner negro sobre blanco. Un buen texto
que se complementa con unas ochenta (82) ilustraciones y fotografías.
Le decía que la manita de capítulos agrupan causas de decesos, y de
ello son pruebas los atrayentes títulos que les acompañan. Vean si no. Capítulo
1. El mártir de la medicina peruana y otros casos de laboratorios mortales. Capítulo
2. El médico que murió de una paliza y otras historias de científicos
asesinados. Capítulo 3. El naturalista que se lanzó al Sena y otras historias
de muertes voluntarias.
Capítulo 4. El entomólogo que murió leyendo un Whatsapp del siglo
XIX y otras historias de científicos con mala pata. Capítulo 5. El herpetólogo
que redactó su muerte en un diario y otros casos de personas víctimas de la
Naturaleza salvaje. Por cierto, no se lo he comentado, cada uno de ellos
finaliza con un ‘Para saber más’, ya saben, un listado de referencias a las que
acudir para profundizar en la temática. Lo que está bien.
Y entre las personas fallecidas que aparecen en el libro nos
encontramos de todo. Heróicos científicos, sabios descuidados, involuntarios kamikazes
o simples víctimas de la peor de las suertes. De entre los más conocidos, seguro
que les suenan: Turing, Arquímedes, Lavoisier, Claypode, Scheele, Newcomb,
Châtelet, Galois, Cantor, Lewis, Moseley, Galileo, Joliot-Curie, Curie Marie,
Curie Pierre, Gödel, Servet, Eimmart, y un largo etcetera.
Ya de la que va, es de agradecer también la inclusion de no pocas mujeres
científicas en dicho listado, al fin y al cabo son la mitad de la humanidad.
También son varias las causas que aparecen, de sus truncadas carreras.
Desde accidentes horribles, asesinatos ruines y caídas por precipicios. Hasta
ejecuciones de todo tipo, enfermedades exóticas y envenenamientos. Pasando por experimentos
fallidos y fatales, mordeduras de ofidios ponzoñosos, sobredosis de sustancias
estupefacientes, suicidios, etcétera. Como se suele decir, de todo como en
botica.
Y en lo respecta
a su lectura, resulta divertida y fácil por la amenidad, naturalidad y sentido
del humor con los que está escrito el texto. Características a las que hay que añadir
la inclusión de oportunas referencias tanto literarias como cinematográficas.
Lo
que por supuesto no implica que el libro esté falto de rigor y seriedad, sino más
bien todo lo contrario. Sabido es que divertido no es lo contrario de serio (solo
lo es de aburrido y de nada más), y les aseguro que con el libro ‘Eso no estaba en mi libro de historia de la
ciencia’ de la editorial Almuzara,
dentro de su colección de divulgación científica Guadalmazán, no se van aburrir.
Por ultimo, y si
están interesados, sepan que el libro será presentado en Sevilla a las 19:00 h,
hoy viernes 23 de noviembre de 2018, en la librería Caótica sita en la calle
José Gestoso, 8. Nos vemos.
Si puedo esta tarde me acercaré. Parece interesante.
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