Porque "tienen que ver" les decía en mi anterior entrega, refiriéndome al más
que sospechoso accidente del avión ruso ‘Maxim
Gorki’ y al autor francés del ‘El
Principito’. Empecemos con el hombre.
El
hombre
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), nacido en una familia acomodada, fue el tercero
de cinco hijos del conde Jean de Saint-Exupéry, hizo el servicio militar en
aviación y en los años veinte ya era un reputado aviador que había trabajado en
varias líneas aéreas, civiles y militares.
Sin intención de agotar el tema sepan que antes de la Segunda Guerra Mundial ya había trabajado para el correo postal
francés (1926) en vuelos internacionales; participado en la negociación para el
rescate de aviadores caídos y tomados como prisioneros por las fuerzas marroquíes,
una labor por la que recibió la medalla de la Legión de Honor ; y había encontrado nuevas rutas aéreas a través
de América del Sur, negociados algunos tratados comerciales para Francia y
formado parte de misiones de rescate para encontrar pilotos caídos.
Así que, y con motivo de ello, las
autoridades soviéticas le invitaron al vuelo inaugural del ‘Maxim Gorki’ en 1935. He aquí el nexo anunciado. Además, como
escritor, empezaba a gozar de cierta fama internacional pues tenía publicado
entre otros los libros Correo del Sur
(1929) y Vuelo nocturno (1931), éste
con prefacio del Premio Nobel en
Literatura de 1947, André Gide.
De ahí que el periódico Le Fígaro le
encargara cubrir el acontecimiento para sus lectores.
Por cierto que en 1931 Saint-Exupéry
se casó con la escritora y artista salvadoreña Consuelo Suncin-Sandoval, considerada como su musa. (“Amar no es mirarse el uno al otro; es
mirar juntos en la misma dirección”).
Consuelo
Suncin-Sandoval
Por ella sabemos que en esos días de mayo de 1935 se encontraba en París y
“una tarde estaba con unos amigos bebiendo ‘Pernó’, cuando escuché los gritos
de los vendedores de periódicos: ¡Catástrofe! ¡Se estrelló el gigante ruso ‘Maxim
Gorki’! ¡Ninguno de los pasajeros sobrevivió!”. “Ante mis ojos aparecían los
titulares de los periódicos que informaban de diferente modo sobre la tragedia
aérea”.
Una noticia terrible para cualquiera, por forma y fondo,
que sin embargo a ella no la descompuso, y el motivo no era otro que el de presentir
que su marido no estaba muerto, así de sencillo. De manera que se marchó rápidamente
para su casa a esperar que Tony, así le llamaba Consuelo, la llamara. (Continuará)
[*] Introduzcan
en
[Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
¿Qué bebida es el pernó al que se refiere en “una tarde estaba con unos amigos bebiendo ‘Pernó’, cuando escuché los gritos"? ¿Tiene que ver con la absenta? Enhorabuena por el blog.
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