Hoy tiene lugar el equinoccio
de primavera y con él se incia una estación que durará noventa y dos (92)
días y dieciocho (18) horas, y terminará el 21 de junio con el comienzo del verano.
Una fecha de inicio, la del 20, que no es siempre la misma. A lo largo de este
siglo XXI podrá suceder hasta en tres diferentes.
La más tempranera el día 19 que tendrá lugar en las
postrimerías del siglo, en el año 2096; ya veremos quién anda por aquí para
contarlo. Y la más tardía ya ocurrió, pues fue en 2003. Todo esto dicho para el
hemisferio norte, naturalmente; en el hemisferio sur empezará el otoño en vez
de la primavera.
Es algo que ya hemos enrocado, junto con el hecho de que
las variaciones en el inicio estacional, obedecen a la necesidad de ajustar la
duración del año calendario, los hay
bisiestos, con la de cada órbita de
la Tierra alrededor del Sol, nuestra estrella, año trópico.
Mirando al cielo: planetas y satélite
En cuanto a los planetas,
su visibilidad dependerá. Así como la alegría va por barrios, a los planetas
los podremos ver durante esta estación, según la fecha en la que lo hagamos.
Y así, durante toda la primavera: Venus será visible después de la puesta de Sol; Marte y Saturno lo serán al amanecer y Júpiter,
también visible al amanecer a comienzos de la estación, pasará a serlo durante
toda la noche en el mes de mayo.
Y a nuestro satélite lo veremos en tres ocasiones como Luna Llena durante esta primavera. La
primera el 31 de marzo, siendo el domingo siguiente, 1 de abril, Domingo de
Pascua.
Ya saben de la dependencia que algunas festividades
religiosas tienen con las leyes que rigen la Naturaleza. Siempre hay Luna Llena en Semana Santa. Ciencia y
creencia a veces van de la mano. Quo
vadis, sábana de Turín. Y tras
la del 1 de abril, volveremos a tener plenilunio
el 30 de abril y el 29 de mayo.
En lo que respecta a la otra fase llamativa del satélite,
Luna Nueva o novilunio, en esta primavera caerán en los días 16 de abril, 15 de
mayo y 13 de junio.
Otras observaciones: eclipses, meteoros
y constelaciones
No se producirán eclipses
de Sol o de Luna, ni fenómenos astronómicos destacables relacionados con ellos,
durante esta primavera.
Pero sí tendremos lluvias de meteoros, muchas de las cuales podremos observar sin
necesidad de telescopios. Las principales durante esta estación serán las Líridas, con un máximo hacia el 22 de
abril, y las Eta Acuáridas, cuyo
máximo sucederá hacia el 6 de mayo. (Continuará)
Inicio astronómico, sí. Pero meteorológico, no tanto. Saludos y felicitaciones por el blog y este tipo de entradas.
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