(Continuación) Y si ya el 21 de mayo en El Liberal, se publicaba una
primera referencia, al día siguiente, el 22 de mayo, el también diario
madrileño El Sol, incluía esta nota:
«Parece que entre los soldados de la
guarnición de Madrid se están dando muchos casos de enfermedad no diagnosticada
todavía por los médicos.
En un regimiento de Artillería han
caído enfermos del mismo mal 80 soldados. En otros regimientos llegan hasta los
50 casos. (...) Indudablemente, no existe diferencia entre la dolencia
observada en los cuarteles por nuestros informadores y la que aqueja desde hace
días a todo Madrid. (...) Los síntomas bajo los que se presenta la enfermedad
son jaqueca, escalofríos, flojedad, fiebre y dolores articulares, y el mal
tiene unas veces manifestaciones torácicas y otras intestinales».
Y fue precisamente esta situación de alarma social española, el
desencadenante que hizo visible a nivel internacional la epidemia de gripe que
se estaba produciendo en España, de donde terminaría tomando el nombre.
Española no porque el resto de Europa y buena parte del mundo no la
estuviera padeciendo igual, sino porque al estar en guerra, la censura
informativa militar silenció totalmente el grave problema de salud pública que
estaba siendo la gripe.
The Spanish influenza
El disparo de salida tuvo lugar el 2
de junio, cuando el corresponsal de The Times en Madrid se hacía eco de
la epidemia y, por primera vez, empleaba el nombre de “gripe española”: «Everybody thinks of it as the Spanish
influenza today...».
Es el momento en el que los medios internacionales empezaron a informar
sobre la epidemia y a partir del cual, durante el verano, esta expresión u
otras parecidas se extendieron por todos los medios de comunicación del mundo: «grippe espagnole», «Spanische Grippe»,
«febbre spagnola», etcétera.
Y de la prensa pasó a las revistas médicas especializadas, pues el 24 de agosto
de ese mismo año la revista estadounidense The Journal of the American Medical
Association (JAMA), publicaba un artículo
titulado «Spanish influenza».
Así que mientras en los países beligerantes la noticia era la gran guerra,
en España lo era la epidemia de gripe. De ahí la falsa impresión de que los
primeros casos surgieron en España, aunque en realidad no fue así pues la
infección ya estaba implantada en América del Norte, Alemania y Francia, país
desde donde, probablemente, llegó a España.
Lo que sí se puede afirmar sin lugar a dudas es que Madrid se convirtió en
el epicentro del primer brote importante de esta pandemia gripal, durante los
meses de mayo y junio de 1918, y que la prensa nacional se hizo eco de ella sin
ningún tipo de censura o filtro.
Primero la nacional y después la prensa internacional. Por eso la gripe de
1918 se llamó la “gripe española”. No surgió en España pero el nombre se quedó
¿Es correcto entonces el nombre? (Continuará)
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