lunes, 12 de marzo de 2018

Origen geográfico de la “gripe española” (y 3)

(Continuación) Una epidemia de infección respiratoria aguda, que tuvo lugar entre diciembre de 1916 y marzo de 1917, con síntomas clínicos similares a los de la gripe de 1918. Entre otros producía cianosis, una coloración azulada de la piel que también es característica de la gripe española ¿Podría tratarse de la misma enfermedad? Precaución.
 Hipótesis asiática
Y por último, ¿pudo ser algún país del este de Asia el foco de la “gripe española”? Lo cierto es que bien pudiera ser, dadas las condiciones sociales y naturales que confluían y aún confluyen en extensas regiones de esta parte del mundo.
Por ejemplo en muchas de ellas se da la, que probablemente sea, mayor concentración de aves acuáticas, cerdos y humanos, con lo que de peligrosa tiene esta confluencia animal. Un peligro derivado de un triple hecho: las aves son el reservorio natural de la gripe, los cerdos facilitan su mutación a variantes humanas y el hacinamiento de personas contribuye al contagio.
¿Pudo entonces salir de China la “gripe española”?
Pues la verdad es que hay detalles que apoyarían esta tesis ya que, tanto en el estadounidense campamento militar de Fort Riley, como en el británico de Étaple, había trabajadores chinos que estuvieron además entre los primeros afectados.
¿Casualidad?, ya saben lo que pienso sobre ella, así que más bien no. Además por la documentación existente, la razón de esta presencia obrera china en la retaguardia aliada, siendo como era un país neutral, estaría más que justificada por razones geoestratégicas. Lo dejo ahí.
Pero ligado al continente asiático tenemos otro posible origen para este brote de gripe.
Se le conoce como la “neumonía de los annamitas”, que es el nombre que recibían las tropas indígenas de la antigua Indochina francesa (sudeste asiático), desplazadas para combatir en Europa y entre las que se difundió una extraña neumonía entre 1916 y 1918.
Es evidente que estos posibles episodios de inicios de la gripe, dan un giro de 180 º a la historia de la “gripe española”. De ser así el virus no habría viajado de Estados Unidos a Europa, sino en el sentido opuesto de Europa a EE.UU. Una sugerente hipótesis que dejamos aquí porque convendría que les aclarara lo de las tres oleadas de la “gripe española”.
Tres oleadas, tres
Entre las características de la pandemia de gripe de 1918 llama la atención el hecho de que se produjera en tres oleadas, de las que como nos dice la coplilla de las hijas de Elena, tres fueron tres y ninguna fue buena. Ninguna aunque en puridad y en este caso, algunas fueron más malas que otras.
Unas olas de epidemia caracterizadas además por sucederse a gran velocidad una tras otra, tener distinta duración y una muy diferente letalidad.
La primera oleada tuvo lugar en la primavera de 1918 y fue de carácter leve desde el punto de vista sanitario. Más o menos como una epidemia de gripe normal, con muchos enfermos y pocas muertes, aproximadamente el diez por ciento (10 %) del total que produjo la “gripe española”. De hecho se la llamó “gripe de los tres días”, lo que ya da una idea.
Pero es que lo peor estaba por llegar. Tras unos meses de calma, el virus reemergió con fuerza en los meses de otoño de 1918. Se trataba de la segunda oleada, que ocurrió entre septiembre y diciembre de 1918 y apareció de manera simultánea en Sierra Leona, Boston (EEUU) y Brest (Francia).
Actuó a escala intercontinental y resultó ser la más mortífera de las tres con diferencia, causando decenas de millones de muertos por todo el planeta. Se estima que aproximadamente el sesenta y cinco por ciento (65 %) de todas las defunciones se produjeron en los meses de esta ola epidémica, sobre todo octubre y noviembre de 1918. Algo sin duda terrible, y no había acabado aún.
Una tercera oleada, también de carácter virulento, tuvo lugar durante los primeros meses de 1919. Y si bien fue más letal que la primera, no llegó a alcanzar ni con mucho la de la segunda, pues aproximadamente causó el veintiséis por ciento (26%) del total de muertes, probablemente porque buena parte de la población ya estaba inmunizada.
De manera definitiva, la epidemia se dio por concluida en marzo de 1920, que algunos exégetas consideran una cuarta oleada.
Pero, claro, si tras lo escrito resulta evidente que no se conoce el origen geográfico de la misma, ¿por qué la llaman “gripe española”? (Continuará)
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