(Continuación) Si aceptamos como correcto el argumento según el cual dicha
denominación de “gripe española”, sólo obedeció al doble hecho de no haber sido
censurada por el gobierno español la publicación, en los medios de comunicación,
de su existencia como pandemia.
Y que éste fue un comportamiento periodístico sin equivalente entre los
gobiernos de los países beligerantes, muy cuidadosos a la hora de publicar en
sus medios que tanto sus ejércitos como poblaciones civiles sufrían la epidemia
de gripe.
Comportamientos ambos, el de España y el del resto del mundo, de lo más lógico
ya que una fue país neutral y, los otros, contendientes que no se podían
permitir noticias que bajaran los ánimos de las tropas y la población, no en
vano afectó a una gran parte de la misma de manera terrible.
Si lo aceptamos digo, parece comprensible que muchos autores españoles, al escribir
sobre el sucedido, inicien sus textos empleando frases del tipo “la mal llamada
gripe española”, en un claro intento de rechazarla o al menos oponerse a ella, por
considerar que es despreciativa u ofensiva para España.
Y más comprensible aún si tenemos presente que por lo que se refiere a números,
está considerada como una de las pandemias más devastadoras de la historia de
la Humanidad. Una losa, quizás, demasiado pesada para sostenerla cualquier
país.
Algunos números de la Gripe de 1918
Aunque se desconoce la cifra exacta de muertes que produjo entre 1918 y
1920, les dije al principio entre 50 y 100 millones, últimos estudios se
muestran más prudentes y apuntan a que pudieron ser algo menos de cincuenta millones
(50 000 000) de personas en todo el mundo.
Bastantes más por cierto de los que produjo la propia Primera Guerra Mundial, desde que empezara el 28 de julio de 1914
hasta que finalizara el 11 de noviembre de 1918, unos diecisiete millones (17
000 000). Pero más próximo a los que produjo la Segunda Guerra Mundial, unos sesenta millones (60 000 000).
Por lo que tengo consultado, sólo la pandemia conocida como peste negra o bubónica, de mediados del siglo XIV (1348), fue peor que la de
1918. Naturalmente de ella también se desconocen las cifras exactas, pero
pudiera ser que la mortalidad alcanzara al sesenta por ciento (60 %) de los
europeos, es decir que habrían muerto cincuenta de los ochenta millones de
habitantes de Europa, que podría suponer unos cien millones de personas en todo
el mundo.
Una pandemia del medioevo que, por guardar el paralelismo con la contemporánea,
también coincidió con una guerra. En su caso con la posteriormente llamada Guerra de los Cien Años, una pequeña
licencia calendaria su denominación, pues en realidad duró casi 117 años.
Sí. Por todos los factores apuntados, cualitativos y cuantitativos, es comprensible
lo de su denominación. Pero resulta que hay quienes no piensan igual, y más
bien son de la opinión que dicho nombre no debería molestar ni inquietar a
nadie. Naturalmente tienen su propio argumentario a favor de la lógica del uso
de la expresión “gripe española”.
[*] Introduzcan en [Buscar
en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar
información sobre ellas.
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