Sobre ‘El origen del hombre’

Sólo setenta y dos (72) horas han transcurrido, desde que me despidiera de ustedes y la terna darwiniense de la evolución. Recuerden, una especie de prontuario acerca de tres días a recordar, relacionados con la publicación de sus tres conocidos y reconocidos libros.

Pues bien, ahora les ofrezco dos fechas más, con lo que completamos una manita.

La primera de hoy está ligada al tercero de estos libros escritos por el naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882), me refiero, claro, a El origen del hombre y la selección en relación al sexo, que fue publicado por primera vez el 24 de febrero de 1871, pero que empezó a ser pergeñado un poco más de tres años antes.

En concreto tal día como hoy de hace ciento cincuenta (150) años, el 4 de febrero de 1868 y que entonces cayó en martes. Ése fue el día en el que con sesenta y nueve (69) años, nuestro evolucionista de cabecera empezó a escribirlo para ser publicado en el mismo mes de tres años después.

Como ya dijimos, en dicha obra aborda distintos aspectos sobre psicología y ética evolutiva, las diferencias raciales y el papel dominante de la mujer en la elección de pareja. En fin, que ésta es la cuarta fecha de la lista darwiniana y bibliográfica anunciada.

Pero lo que tampoco les dije entonces y ahora hago, es que no fue hasta 1880 cuando apareció publicado dicho libro en español. Sí, Spain is different, y es así. Una circunstancia atemporal que, por suerte en este caso, no llegó a significar que dicha teoría evolutiva no fuera conocida e incluso enseñada en el suelo patrio.

De hecho lo fue y de ello se encargó, entre otros, el abuelo de Antonio y Manuel, o de Manuel y Antonio, los Machado, que tanto monta, monta tanto, para lo que nos trae.

Apenas un año después de la publicación de El origen de las especies (1859), el darwinismo llegaba a Sevilla de la mano de Antonio Machado y Núñez (1812-1896), quien en 1860 ya enseñaba la teoría de la selección natural de Darwin, desde su cátedra de Historia Natural en la Universidad de Sevilla.

Y es que desde el punto de vista científico Don Antonio perteneció a ese muy reducido y selecto grupo de científicos españoles que, en su época, podían hablar con verdadera autoridad de esta teoría. Sin duda fue el primer darwinista de España.

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