(Continuación) Y eran sustituidos por
lo general, con granos secos y carne salada que resultaban del todo insuficientes
llegando a causar en algunas embarcaciones del siglo XVIII la muerte de hasta la
mitad de la tripulación.
Un hecho que fue reconocido por Lind, que la prevenía o curaba
añadiendo productos cítricos a la dieta marinera, y ampliado por Cook, que llevaba
a bordo una variedad de alimentos como cítricos, vegetales, brotes de semillas,
chucrut y malta sin fermentar.
Unos alimentos que, a modo de ensayo
clínico, obligaba por la fuerza a tomara la marinería, llegando incluso a azotar
a uno de cada cinco miembros de su tripulación, algo normal por esos días. Sin
embargo el resultado no pudo ser más esperanzador, ya que Cook no llegó a
perder ningún hombre a causa del escorbuto, lo que no era tan normal en estas
largas travesías.
Para cuando llegaron a Tahití desde su
salida de Plymouth, navegando hacia el Oeste durante casi el mismo tiempo que
los astronautas modernos necesitarían hoy día llegar a Marte, sólo habían perdido cinco (5) tripulantes, cuando el barco
navegó alrededor del tormentoso Cabo de Horno, y después uno más, que se arrojó
desesperado por la borda durante el cruce del océano Pacífico.
Un hecho que resultó ser un logro tan destacable
como prácticamente desconocido hasta ese momento, y del que nadie entendía los
motivos por los que la ingesta de estos alimentos prevenía del escorbuto.
Y lo que es peor aún. No sería hasta
1789 que se dio crédito oficial a este tipo de investigación y que la Armada
Británica, junto con otras, comenzara a tomar medidas contra esta enfermedad.
Se estima que hacia 1795, en todas las
armadas se contaba dentro de su avituallamiento, siempre con fruta fresca, y en
especial con cítricos por su eficacia demostrada contra el escorbuto.
Terra Australis
Les decía más arriba que la expedición marina
del Endeavour bien podía ser comparada con una de las misiones espaciales
actuales. Y entre las razones de dicha afirmación les expuse los objetivos
metrológicos sobre el sistema solar, y los bioquímicos y médicos acerca del ácido
ascórbico y el escorbuto. Pues bien, para los intereses de esta entrada, hay
uno más.
Han de saber que el Endeavour tenía encargada también una
misión secreta, en realidad era el objetivo principal de la expedición, y que debía
empezar nada más acabar con la “tapadera” del tránsito venusiano.
No era otra que la de explorar el
Pacífico Sur en busca de señales sobre la existencia del supuesto continente
más austral imaginado, la legendaria Terra
Australis Incognita o “Tierra desconocida del sur”. Pero lo tengo que dejar
aquí.
Consciente eso sí de que lo hasta ahora
enrocado, es sólo una mínima parte de los acontecimientos del que fue el
primero de los viajes de James Cook.
(Continuarrá)
No hay comentarios:
Publicar un comentario