(Continuación) Del hombre -el
navegante, explorador y cartógrafo británico James Cook (1728 -1779)- ya hemos dado algunas pinceladas en este
negro sobre blanco, relacionadas con el origen de los tatuajes y el chusco significado de la palabra canguro, y que pueden fácilmente encontrar.
Y de la embarcación también hemos hecho
lo propio. Bueno, de ella exactamente no, más bien de otra que lleva el mismo
nombre en su honor, me refiero al transbordador espacial Endeavour (‘Esfuerzo’)
que el 16 de mayo de 2011 inició desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo
Cañaveral Florida (EEUU), su última misión con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Un reconocimiento que no nos debe
extrañar, si tenemos en cuenta ciertos detalles según los cuales, la
decimonónica expedición de Cook bien podría ser comparada con toda una misión espacial
contemporánea. Como lo leen.
Uno de estos detalles es el hecho de
que, aparte de los objetivos astronómicos venusianos, la nave marina también
sirvió como laboratorio para poner a prueba teorías y técnicas científicas, tal
como lo hacen las naves espaciales de la actualidad.
Por ejemplo la tripulación del HMB Endeavour sirvió de auténfico “conejillo
de Indias”, en la lucha de la Marina Británica contra lo que se conocía como el
‘flagelo de los mares’, es decir el escorbuto.
‘Flagelo de los mares’ o escorbuto
Una lucha que realmente había empezado
unos veinte años antes, el concreto el 20 de mayo de 1747, que pasa por ser el
día en el que se “inicia” el primer ensayo clínico de la historia del que se
tiene constancia documentada.
Tan es así que en esta fecha se conmemora el Día Internacional del Ensayo Clínico, y
se hace en recuerdo de los dos protagonistas de esa primera vez.
De un lado el médico escocés James Lind (1716-1794), que perteneció
a la Armada Británica y fue autor del “primer” estudio médico con las
características propias de un ensayo clínico. Lo llevó a cabo en un intento por
descubrir cuál era la causa de la enfermedad del escorbuto, segundo protagonista de la historia.
Como recordará de sus tiempos
bachilleres el cuerpo humano necesita de la vitamina C (desde el punto de vista químico, ácido ascórbico) para realizar la síntesis del colágeno, de modo que una deficiencia en nuestro organismo de dicho
ácido impide su realización, acarreando la enfermedad del escorbuto.
Una avitaminosis consecuencia de dicha deficiencia que se caracteriza por un empobrecimiento
de la sangre, lasitud en todo el cuerpo, aparición de manchas lívidas,
ulceraciones en las encías y hemorragias.
Y que se presenta en aquellas
personas que durante cierto tiempo, unas seis semanas, dejan de ingerir alimentos
como frutas frescas y hortalizas entre otros.
Como era el caso de los marinos que
durante sus largas travesías, subsistían con dietas en las que no figuraban
estos alimentos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar
en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar
información sobre ellas.
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