domingo, 25 de febrero de 2018

Efecto Doppler, 1845. O la música a todo tren (y 2)

(Continuación) Siguiendo con otras cosas, de esas que también pasan, se cuenta que por los mentideros de la ciencia de mediados del siglo XIX corría un curioso rumor al respecto. Lo que en realidad pretendía Buys Ballot con su experimento no era sino, refutar la teoría de Doppler a la que  consideraba errónea.
Sin embargo, lejos de conseguirlo, ya ven que sucedió todo lo contrario. Cosas que pasan.
Dificultades ferroviarias
Están al tanto de que por las fechas en las que se publicó la teoría, no existía aún el desarrollo técnico y tecnológico suficiente como para comprobarla, de modo que parece ser que hubo algunos intentos fallidos.
De hecho en un principio, el vagón con los músicos fue transportado por caballos que lo hicieron tan rápido como pudieron, a unas diez millas por hora (16 km/h). Demasiado lento como para que las notas variaran, en apariencia y de forma notable, sus frecuencias y el efecto pudiera ser comprobado.
Después, ya con una locomotora de tren, el experimento volvió a fallar, en primer lugar, porque no se logró que el vagón se desplazara a una velocidad constante y después, porque los jueces del andén no fueron lo suficientemente hábiles para reproducir los tonos oídos.
Fue en un nuevo intento, con el tren a 70 km/h (hay fuentes que hablan de 60 km/h), cuando se pudo probar la teoría de Doppler, usando las ondas de sonido para su confirmación. Así que aunque hoy día nos pueda parecer un experimento sencillo y elemental, por aquél entonces costó lo suyo acabarlo con éxito.
Y si bien en el desplazamiento de la fuente sonora, las nuevas formas de transporte como el recién inventado ferrocarril jugaron un papel fundamental, en la recepción de las notas musicales la técnica no estaba aún a la altura necesaria. Hubo que seguir recurriendo al factor humano, en forma de músicos con un oído perfecto. 
Gracias a esta conjunción de saberes, un fenómeno que se conocía desde hacía mucho tiempo pudo ser cuantificado y medido con la precisión mínima adecuada. Una medición precisa que es parte importante de todas las ciencias, y mucho más si cabe de la Física, la ciencia de la medida. Sin duda el ingenio humano es capaz de hacer maravillas.
¿Cómo si no explicar el hecho de que fuera capaz de medir la variación del tono de una nota musical, es decir, un cambio en el valor de la frecuencia de la onda de sonido, cuando la fuente se acerca o aleja y hacerlo montando músicos en un vagón? Sí, sin duda es capaz.
Claro que en la actualidad este ingenio, al menos para este menester, ya no es imprescindible.
Doppler en la actualidad
Hoy día son muchas las fuentes sonoras que se desplazan a la velocidad conveniente y existen varios instrumentos con la capacidad adecuada para medir, que nos permiten validar de forma experimental el susodicho efecto de una forma menos compleja y laboriosa que la decimonónica. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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