domingo, 14 de enero de 2018

Jamie Lee Curtis: Actriz, madre e inventora

Lo cierto es que no me sorprendió el comentario de un seguidor del blog, a propósito de la actividad inventora de quien a primera vista no es más que la típica actriz de cine al uso, en este caso Jamie Lee Curtis (1958).
Recuerden que apareció hace unos días en la categoría de Firmas y rúbricas de Ciencia, donde la describía como actriz, escritora e inventora estadounidense. Y dada su fecha de nacimiento está implícito el oportunismo de su enrocada aparición, ya que cumple en este año del Señor su sesenta (60) aniversario.
Fue una breve reseña la de la firma, con la que sin duda me quedé corto y por lo que ahora le pongo remedio. Se lo cuento siguiendo un orden cronológico de sucedidos.
Actriz y madre
Hija de dos mitos cinematográficos, Janet Leigh y Tony Curtis, no es de extrañar su vocación por la actuación y el éxito profesional alcanzado desde que con diecinueve años empezara a actuar. Baste recordar aquí su protagonismo en ‘Mentiras Arriesgadas’ (1994) o en el clásico de terror ‘Halloween’ (1978) con el que debutó hace ya cuarenta (40) años, otro aniversario redondo.  
Halloween es, ya lo saben, esa película de terror independiente con la que la actriz consiguió el título de ‘la reina del grito’, al hacerse archifamosa por sus alaridos de espanto mientras era perseguida por el psicópata Michael Mayers. Un dudoso título que, ojo, no sería el único título que recibiríaen su vida.
Una película, sigo con su carrera cinematográfica, a la que seguirían Halloween II (1981), Halloween H20: 20 Years Later (1998), Halloween: Resurrection (2002), es decir que fue la primera entrega de lo que se terminó convirtiendo en la franquicia de Halloween y que llegó a generar, si no me equivoco en las cuentas, siete secuelas y dos reinicios. Hasta ahora.


En fin, lo dicho. Hasta aquí algo normal y esperable para una persona en sus circunstancias que, como suele ser también usual entre humanos se casó, en su caso en 1984 y, por las circunstancias que fueran, el matrimonio adoptó dos hijos, Annie (1986) y Thomas Haden (1996).
Y así transcurría su vida compartiendo el tiempo entre sus puntuales y ficticias actuaciones como actriz, y su sempiterna y más que real labor como madre, lo que implicaba entre otras cuitas la de cuidar a la niña y pasar mucho tiempo cambiando pañales. Una actividad para la que todos los padres saben, sobre todo si son novatos, que no viene nada mal tener algo así como un brazo extra.
Extra porque no en vano, y casi a la vez, para tal actividad hay que elevar las piernas del bebé, retirar el pañal sucio, limpiar con las toallitas húmedas, colocar el pañal nuevo y todo ello impidiendo que la criatura te lo tire todo con sus manitas. En fin. Qué les voy a contar que ustedes no sepan o se imaginen.
Una situación a veces desesperante, a la que Jamie dedicó un tiempo y parte de sus pensamientos, a fin de ver de qué manera se podía mejorar el pañal convencional que utilizaba. (Continuará)




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