(Continuación) Y de los grupos que vieron el amazónico ‘Documental de la 2’ y el violento ‘El Padrino II’, al tercero y último del experimento, el de ‘Los puentes de Madison’.
‘Los puentes de Madison’
La muestra que vio la romántica película protagonizada por Meryl Streep y Clint Eastwood, manifestó un aumento
significativo de la hormona femenina progesterona,
tanto en hombres como en mujeres. De
hecho sus niveles se incrementaron hasta un diez por ciento (10 %), lo que no
está nada mal.
Al mismo tiempo, en los hombres disminuyó el nivel de la masculina testosterona, mientras que en las mujeres no se produjo ningún cambio. Es decir que Clint Eastwood no varió en absoluto los
niveles de testosterona de las mujeres, pero sí logró disminuir el de los hombres
en esa película ‘de amor’, reduciendo así cualquier predisposición a
comportamientos agresivos por su parte.
Y lo hace a pesar de representar lo que representa, el epítome de tipo duro
donde los haya. No sé qué decirles. De acuerdo que en esta película, cuando entabla
la relación amorosa con la protagonista, no es precisamente ‘Harry el Sucio’ por supuesto que no,
pero de ahí a lo otro. No sé.
¿Cuáles fueron los cambios que las hormonas provocaron en las emociones y
sentimientos de los individuos de los distintos grupos?
Hormonas,
emociones, sensibilidad y cine
Por lo investigado podemos concluir que además de lo ya sabido -las películas
influyen en nuestro espíritu y mente-, también afectan al resto de nuestro
cuerpo vía hormona y por tanto, a nuestras emociones, tan relacionadas con los
sentimientos.
Es decir que las hormonas afectan a las emociones, y las emociones afectan
las hormonas. Y así pasó lo que pasó en cada uno de los grupos que vieron las
películas. Recuerden.
A excepción de la ausencia de resultados en el grupo que vio el ‘Documental
de la 2’ -y en el que todos sus componentes, mujeres y hombres, mantuvieron
estables los niveles de las hormonas progesterona y testosterona- en los otros
dos restantes la respuesta fue diferente.
Ante las oscuras imágenes de El Padrino II y como consecuencia de
las respectivas subidas y bajadas de testosterona,
en ellos aumentó las ganas de tener sexo con sus parejas, a la vez que
disminuyó su necesidad de cariño. Y en cambio en ellas, se produjo una especie
de frialdad, de bajada de la libido. Es como si se produjera una amortiguación
de los sentimientos.
Puede que esta hormona juegue un papel en todo aquello que tiene que ver con:
lo que nos motiva a afiliarnos, cómo nos unimos a otras personas y, el nivel de
satisfacción que obtenemos de relaciones cercanas y satisfactorias.
No obstante, no está claro el papel que juega en las mujeres respecto a las
motivaciones de dominio y poder, si bien en los hombres es seguro que está
relacionada con la agresión. No, no somos iguales y mucho menos para según qué
cosas. (Continuará)
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