(Continuación) De modo que aunque es comprensible y hasta entendible el deseo manifestado
por el grupo humano de Sónar, de que
no estemos solos en el universo, ¿quién quiere estar solo?, habría que ser
especialmente cuidadoso a la hora de considerarlos “superiores y éticamente buenos”,
por el mero hecho de ser tan inteligentes o más que nosotros.
Recuerden la advertencia de Hawking y cautela por tanto ante las
palabras de la organización del festival: “Es
más, a la vista de cómo los humanos estamos gestionando nuestro planeta, quizás
es el momento de comunicarnos con una inteligencia exterior -y esperamos que
superior- para solicitar ayuda y consejo”. Caución.
Fechas curiosas
Por cierto que no les he comentado un
par de fechas curiosas relacionadas con el festival, una anterior y otra
posterior a él. Por orden cronológico la primera ya se la he citado, y es de
hace cuarenta (40) años cuando, en noviembre de 1977, el director de cine Steven
Spielberg estrenó la icónica película Encuentros
en la tercera fase.
Es
esa en la que una raza de alienígenas que visita la Tierra a bordo de una flotilla de platillos volantes, se comunica
con los contactados precisamente por medio de una secuencia fija de notas musicales ¡Qué momento!
Bueno
pues cuarenta años después surge esta nueva tentativa de contacto musical
interestelar con la estrella de Luyten,
GJ273b, que por la distancia a la
que se encuentra de nosotros necesitará, como mínimo, de veinticinco (25) años
de espera, para tener una posible respuesta.
Es
decir que coincidiría con el quincuagésimo (50º) aniversario de Sónar, recuerde que este año celebra el
vigésimo quinto (25º). Una extraordinaria casualidad y la segunda fecha curiosa
de las que les hablaba. Es eso o...
Sin
duda el proyecto Sónar es curioso,
interesante y a mi entender hermoso, porque la idea de enviar un mensaje al
espacio en forma musical, con la pretensión además de obtener respuesta me
gusta mucho.
Me
gusta mucho, y voy ya acabando, a pesar de que a corto-medio plazo y
siendo realista, este esfuerzo es una propuesta que anda más cerca de la
ficción que de la realidad científica actual, lo que sin embargo no le resta ni
un ápice de interés.
Buena prueba de los que les digo es que
se muestra como un magnífico motor de divulgación
científica. Si se fijan llevamos ya unas cuantas entradas enrocadas, en las
que han aparecido conceptos físicos como exoplaneta,
ondas de radio, exobiología, distancias astronómicas, etcétera y todo ello de mano
de la música.
Lo que suena bien, muy
bien. Música, Ciencia, Cultura y
Humanidades.
A mí, personalmente, lo que más me pesa de todo esto es algo que ya comentó Carl Sagan en su célebre programa de divulgación: ''¿Quién habla por la Tierra?''
ResponderEliminarEsta gente está tomándose la libertad de ser embajadores -no electos- de la Tierra y de la humanidad. Puede parecer una exageración, pero un proyecto como este debería o podría (no lo afirmo como mi postura con seguridad) tener que ser respaldado por una mayoría en la Asamblea General de la ONU y si no, ser ilegal.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAutocorrección:
EliminarTextualmente es: "¿Quién habla en nombre de la Tierra?"