(Continuación)
Les dejaba con una especie de propuesta terrícola de comunicación con la esperanza
de una respuesta alienígena, de las que me gustaría comentarles algo. Empecemos
por el principio.
Propuesta
terrestre
Según
los responsables del festival, el nuevo proyecto Sonar Calling surge de un doble desasosiego social, en sus propias
palabras: “de la necesidad humana de
comunicarnos y conectar, y de una inquietud presente en todas las
civilizaciones de la historia: ¿estamos solos en el universo?”.
Una
duda existencial que el hombre tiene desde lo que es, acertada en buena medida y,
además, compartida por muchos de nosotros, por lo que se trata, vista así, de
un empeño loable y que muchos suscribimos.
Continúan
afirmando los directivos del proyecto que con este mensaje interestelar -compuesto
de música electrónica, física y matemáticas-, propician un acercamiento a ese cósmico reto de
comunicarnos con una entidad extraterrestre con la esperanza de recibir una
respuesta.
Una propuesta de acercamiento y una esperanza de respuesta que sin embargo,
ya no todos comparten, ni ven en principio tan loable. De hecho, algunos incluso
la rechazan, Hawking, dixit.
Por
último, y ya en un terreno más “buenista”, completan la intencionalidad de su proyecto
con un “se trata de recuperar una
conciencia planetaria e iniciar una reflexión colectiva a la que se sumen
nuevos invitados y nuevas ideas, en este caso, extraterrestres”. En fin,
por pedir que no quede. Pero vamos, sabido es que contra el vicio de pedir está
la virtud de no dar.
Así
que harían bien en no poner mucha esperanza en la posible respuesta de la
hipotética raza extraterrestre.
Respuesta
extraterrestre
Por mi parte en más de una ocasión les
he ‘enrocado’ la idea, compartida por un muy amplio sector de la comunidad
científica, de que tiene que haber algún tipo de vida más allá de nuestro
planeta. O bien dicho y aunque sólo sea por razones de probabilidad, que la vida se puede plantear como si de un imperativo cósmico se tratara.
De manera que si bien más allá de la
muerte, o sea a lo largo de la dimensión
temporal, no sabemos si habrá vida o no y no tenemos forma alguna de
pronunciarnos, en las tres dimensiones
espaciales, o sea en el espacio que se extiende más allá de la Tierra, lo cierto es que existen probabilidades.
Otra cosa es que: (1) la
haya; (2) además sea del tipo que queremos, o sea inteligente y (3) precisamente donde,
ingenuamente, Sónar Calling la busca.
Ingenuamente porque, aunque existiese
vida en el exoplaneta GJ 273b, lo
más probable es que ésta se limitase a alguna clase muy primitiva de algo
parecido a nuestras bacterias y seres pluricelulares simples. Lo que,
desde el punto de vista de la ciencia, tampoco estaría mal, nada mal.
Pero vaya por delante que incluso esto es
muy difícil que suceda y, que las probabilidades de obtener respuesta son muy,
muy, escasas. Con (casi) toda seguridad, lo único que obtendremos es una silente
respuesta a nuestro mensaje. (Continuará)
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