(Continuación)
De ahí que utilicemos otras unidades
para estas enormes distancias como la unidad
astronómica de símbolo ua, el parsec de símbolo pc, o el ya nombrado año-luz.
En
el Sistema Internacional (SI) esta unidad de longitud carece de símbolo,
si bien en español se suele poner al,
y equivale exactamente a nueve billones cuatrocientos sesenta mil setecientos
treinta millones, cuatrocientos setenta y dos mil quinientos ochenta coma ocho
kilómetros.
1
al = 9 460 730 472 580,8 km = 9,46 · 1012 km
Como
ocurre con otras unidades, el año-luz cuenta con unidades derivadas o submúltiplos de ella. Es el caso del segundo-luz, minuto-luz, hora-luz, dia-luz, etcétera.
Buzz
Lightyear en el espacio real
Pero
la importancia del héroe favorito de mi nieto Carlos trasciende al propio mundo infantil del juguete donde nace,
y va más allá llegando a convertirse incluso y en su momento, en el centro de un
impacto cultural. Buena prueba de lo que les digo es esta segunda curiosidad
científica, que espero también les guste.
El
31 de mayo de 2008 nuestro muñeco astronauta acompañó, como uno más, a los siete
hombres astronautas a bordo del transbordador espacial Discovery, rumbo a la Estación
Espacial Internacional (EEI). Tal como lo leen, no les exagero lo más
mínimo.
Previamente,
la figura de treinta centímetros (30 cm) de altura, fue enviada a la NASA para que aligeraran su masa (a la hora de subir cada gramo
pesa lo suyo) y la hicieran lo más resistente y segura posible para la
experiencia espacial que le esperaba. Y ya una vez a bordo de la ISS (del
inglés, International Space Station),
formó parte de diferentes experiencias.
Entre ellas juegos interactivos y mensajes especiales diseñados por la NASA y Disney, para animar a los niños a interesarse por las carreras científicas.
Sabido es que sin ciencia no hay futuro y que éste pasa, inexorablemente, por
los niños.
Los astronautas de la EEI de las
distintas expediciones (18, 19 y 20) que estuvieron durante 2008 y 2009, utilizaron
la figura para realizar demostraciones educativas, experimentos de ingravidez o rodar una película
pedagógica, en una de cuyas secuencias aparece Buzz flotando en la estación espacial.
De
vuelta a casa
Después
de miles de órbitas en ella alrededor de la Tierra, el juguete con el resto de la tripulación regresó de nuevo a
bordo del transbordador Discovery en
septiembre de 2009, es decir, quince (15) meses después de haber partido, lo
que en términos astronáuticos es todo un record.
Se
puede decir que Buzz es el astronauta que más tiempo ha pasado en el espacio,
incluido a los rusos, de ahí que a su vuelta fuera recibido como un héroe
estadounidense.
Es más, ese mismo año, la revista británica Empire lo eligió como uno de los cien mejores personajes del cine
de todos los tiempos. Un reconocimiento que no está al alcance de todos.
No
me negarán que mi nieto tiene buen ojo a la hora de escoger un héroe. Un héroe
y una frase, porque hay algo que no les he dicho de él. Resulta que le encanta
repetir la frase por la que es conocido el muñeco, y sobre la que esta experiencia
divulgadora espacial para jóvenes estudiantes, hace hincapié: ‘To infinity and beyond!'
Nos encanta la conexión que hace entre ciencia y juguete.
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