(Continuación)
Quizás el europeo más antiguo del que se tiene conocimiento, y del que sabemos
que practicó el canibalismo y tenía, para más ‘inri’, unos rasgos craneales y faciales mezcla entre neandertales y modernos.
Un
eslabón clave de la evolución humana, ya que se trata del ancestro común a
partir del cual evolucionaron sapiens
y neandertal y de los que sabemos, de
primera mano, sólo sobrevivimos nosotros. Un proceso natural que sucede en
menos de ochocientos mil (800 000) años. Como diría el filósofo austríaco Karl Popper, “De la ameba a Einstein sólo hay un paso”. Pues sí, al menos a esta
escala de tiempo.
Y
como no ignoran, al fenómeno de marra que aludimos se le llama evolución, un hecho incuestionable que es explicado por distintas hipótesis
dentro de la Teoría de la Evolución. Una teoría más, la evolutiva, dentro del
cuerpo de conocimientos ciertos y demostrados que conforman las ciencias.
Un
saber cierto, el de la ciencia, que ha hecho que el hombre como especie haya progresado
hasta el día de hoy. Un proceso que preferentemente se ha realizado en uno de
los dos sentidos que, como toda dirección, el progreso humano tiene. Naturalmente en el otro sentido, el opuesto,
se encuentra el fenómeno contrario llamado creacionismo.
Un
supuesto hecho cuestionable y no explicado por ninguna teoría científica. Una
credulidad más por tanto, que forma parte de un saco de conocimientos inciertos
y no demostrados llamado pseudociencias.
Un saber que hace al hombre retroceder hasta sus antecesores o más allá.
Adenda
Repasando
a vuelatecla este escrito para su “enrocado”, he caído en la cuenta que al
respecto de los papeles que juegan en nuestros conocimientos creencias,
ciencias y artes, ya les escribí hace casi nueve (9) años. Dios cómo pasa el
tiempo.
Fue
en una entrada que llevaba por título ‘¿Qué
fue primero, el huevo o la gallina?’ y como es más que probable que no la
recuerden, se la resumo. Viene a ser una de esas paradojas que en el campo de
la lógica son llamadas de “regresión infinita”, y que en
principio algunos parecen tenerlas claras.
“Fue
primero la gallina”, te dirán y además se quedarán tan frescos. Pero claro, si
se piensa sólo un poco se ve que no puede ser porque el animal tuvo que nacer
de un huevo empollado.
“¿El
huevo, entonces?”, pues mire usted por donde eso tampoco, ya que una gallina lo
tuvo que poner antes. Pues estamos apañados podrá decir entonces cualquiera, y
la verdad es que no andará falto de razón. No, la lógica no tiene respuesta al
dilema gallináceo
¿Se
imaginan de qué otro campo de conocimiento humano nos llega de manera cierta?
¡Cómo me gusta la Ciencia!
Ya me parecía a mí que este dilema tenia mucho que ver con el de el huevo y la gallina. Sin duda esto no es un dilema lógico, aunque la respuesta debería ser evidente si partimos de la evolución.
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