(Continuación)
Es decir. Si por normalidad sexual entiendo practicar el sexo como a mí me
gusta practicarlo, desde luego que estoy a favor. Y si por derecho a la vida
entiendo preservarla en todas las circunstancias en las que la vida merezca la
pena ser conservada, muy pocos no estarán a favor de tal derecho.
Así
es como me inmunizo de la confusión y el desasosiego que me producen, lo que
está bien, claro, que por otro lado, también las privo de todo interés o sentido,
lo que ya no está tan bien. Me explico. Es como si el gobierno sometiera a referéndum si queremos que la sociedad
sea justa.
Qué
duda cabe que de entrada todos votaremos que sí, vaya pregunta. Mas ¿en qué
medida esta unanimidad ayuda al gobierno a llevarla a cabo? Sin duda alguna el
inicial y uniforme acuerdo en una justa organización de la sociedad se trocará,
a no tardar, en variopinta discrepancia acerca de en qué debe consistir esa
justicia organizativa.
Se
lo ejemplifico. Los que estaban en contra del justicialismo en España en los tiempos de la dictadura, no es que
estuvieran en contra de la justicia, es que tenían una concepción de la
justicia diferente de la del general
Franco.
Por
eso decir sin más, que estamos a favor de una sociedad justa, no es más que decir
que estamos a favor de lo que estamos a favor y, a todos los efectos prácticos,
esto equivale a no decir nada. De ahí que las preguntas en ciencia, me vengo a mi terreno, nunca pueden ser capciosas.
Una
ciencia entendida como aproximación a la verdad y que muchos filósofos conciben
como una teoría unificada con tendencia totalitaria. Una única y ambiciosa
teoría que abarque todo el mundo que nos afecta.
Una
idea unitaria que a veces se presiente está a la vuelta de la esquina de una
investigación y otras, por el contrario, no se ve por ningún lado, vamos que ni
atisbo de ella. Por concretarles, en la segunda mitad del pasado siglo XX se
vivieron unos esperanzadores momentos de gran entusiasmo científico.
Y
es que, por fin, las preguntas sobre la teoría
unificada parecían tener las respuestas deseadas. Sin embargo no fue así
del todo, no se produjo el máximo avance deseado aunque eso sí, algunas de las
respuestas obtenidas aportaron soluciones, produjeron progreso y avance. Y lo
hicieron porque las preguntas estaban bien formuladas.
Unas
preguntas que fueron de cualquier tipo menos capciosas, como las que tan a
menudo nos suelen hacer en determinadas e interesadas encuestas.
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