(Continuación) Es decir diez veces superior a la anterior. Lo que está
mucho mejor.
Como nota sabihonda les diré que esta conferencia trajo algunas novedades
más. Por ejemplo la adopción de nuevas unidades y así: el hertz (Hz) para la magnitud frecuencia;
el lumen (lm) para la magnitud flujo luminoso; el lux (lx) para la magnitud iluminancia
y el tesla (T) para la magnitud inducción magnética.
También se adoptó SI, como
símbolo para el nuevo sistema métrico (por Système
International d'Unités, el moderno "sistema métrico
internacional" si lo prefieren). Y se confirmaron nuevos prefijos:
pico (p), nano (n), micro (π), mega (M), giga (G) y tera (T).
Definición
de metro, 1983
Sin embargo diferentes errores detectados en el perfil de la citadad línea
espectral del kriptón-86, plantearon
la necesidad de adoptar una nueva definición para el ‘metro’.
Vino veintitrés años después, de la mano de la Decimoséptima Conferencia General de Pesos y Medidas (1983) y es la
que se encuentra vigente en la actualidad (octubre, 2017).
Según la nueva definición el ‘metro’, cuyo valor permanece inalterado, es la
“distancia que recorre la luz en el vacío, durante un intervalo de tiempo de 1 / 299 792 458 de segundo”, y
está basada en el hecho de que la velocidad
de la luz (c), una constante
universal, en el vacio es 299 792 458 m / s”.
Por supuesto el uso de láseres, propios de esta nanotecnología, ha
aumentado la exactitud y precisión de la nueva definición de unidad.
Ahora su error o incertidumbre absoluta es de cero coma
un micrómetro (1 µm) y la relativa
de cero coma, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, uno
por ciento (0,000 000 000 1 %). O sea una precisión del orden de treinta veces
superior a la de diseño de 1960.
‘El metro
de platino iridiado’ (1990)
No. A pesar del subtítulo no es una nueva definición científica-técnica de
la unidad de longitud.
En realidad es el título de, quizás, la obra de mayor exito critico del
polímata español Alvaro Pombo (1939),
cuya temática nada tiene que ver con las ciencias
pero que el título, no me lo negarán, tiene su aquél.
Máxime cuando además no es el único que el gran autor se gasta en este
sentido, y a las pruebas me remito: Relatos
sobre la falta de sustancia (1977), La cuadratura del círculo (1999), Contra
natura (2005), La casa del reloj (2016) evocadores de cierto cientifismo
titular, pero que por degracia, no pasa de ahí
Qué más sabe del libro?
ResponderEliminar