domingo, 8 de octubre de 2017

El ‘metro’ y la ‘CGPM’. Prontuario siglo XX (y 2)

(Continuación) Es decir diez veces superior a la anterior. Lo que está mucho mejor.
Como nota sabihonda les diré que esta conferencia trajo algunas novedades más. Por ejemplo la adopción de nuevas unidades y así: el hertz (Hz) para la magnitud frecuencia; el lumen (lm) para la magnitud flujo luminoso; el lux (lx) para la magnitud iluminancia y el tesla (T) para la magnitud inducción magnética.
También se adoptó SI, como símbolo para el nuevo sistema métrico (por Système International d'Unités, el moderno "sistema métrico internacional" si lo prefieren). Y se confirmaron nuevos   prefijos: pico (p), nano (n), micro (π), mega (M), giga (G) y tera (T).
Definición de metro, 1983
Sin embargo diferentes errores detectados en el perfil de la citadad línea espectral del kriptón-86, plantearon la necesidad de adoptar una nueva definición para el ‘metro’.
Vino veintitrés años después, de la mano de la Decimoséptima Conferencia General de Pesos y Medidas (1983) y es la que se encuentra vigente en la actualidad (octubre, 2017).
Según la nueva definición el ‘metro’, cuyo valor permanece inalterado, es la “distancia que recorre la luz en el vacío, durante un intervalo de tiempo de 1 / 299 792 458 de segundo”, y está basada en el hecho de que la velocidad de la luz (c), una constante universal, en el vacio es 299 792 458 m / s”.
Por supuesto el uso de láseres, propios de esta nanotecnología, ha aumentado la exactitud y precisión de la nueva definición de unidad.
Ahora su error o incertidumbre absoluta es de cero coma un micrómetro (1 µm) y la relativa de cero coma, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero, uno por ciento (0,000 000 000 1 %). O sea una precisión del orden de treinta veces superior a la de diseño de 1960.
‘El metro de platino iridiado’ (1990)
No. A pesar del subtítulo no es una nueva definición científica-técnica de la unidad de longitud.
En realidad es el título de, quizás, la obra de mayor exito critico del polímata español Alvaro Pombo (1939), cuya temática nada tiene que ver con las ciencias pero que el título, no me lo negarán, tiene su aquél.
Máxime cuando además no es el único que el gran autor se gasta en este sentido, y a las pruebas me remito: Relatos sobre la falta de sustancia (1977), La cuadratura del círculo (1999), Contra natura (2005), La casa del reloj (2016) evocadores de cierto cientifismo titular, pero que por degracia, no pasa de ahí
Así que la cosa queda sólo en anécdota, sin llegar a alcanzar el rango de categoría.


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