lunes, 16 de octubre de 2017

01. CAMINO DE LOS DESCUBRIMIENTOS (y 2)

(Continuación) Un descubrimiento que viene envuelto en un mito (el de la forma del planeta), está guardado en un error (el de su tamaño), forrado de otro error (el del tamaño de Asia) y adornado, por último, con una ignorancia. Empezamos con el mito.
El mito de la forma de la Tierra
¿Qué sabía de forma cierta el navegante, acerca de la forma de nuestro planeta? ¿Cómo era para él, plana o esférica? Pues bien vaya por delante que tanto para el navegante como para casi cualquiera que quisiera o necesitara saberlo, el asunto no ofrecía la menor duda: la Tierra es aproximadamente esférica, en puridad se trata de un geoide.
Luego no es cierto que el descubridor del Nuevo Mundo fuera uno de los primeros marineros en declarar que nuestro planeta era redondo y que tuviera por ello problemas de todo tipo, por ejemplo,  religiosos. No, nada más lejos de la realidad y palmario. Además es una cuestión casi de sentido común, de ciencia o sabiduría popular.
Si se piensa bien, no faltan detalles que así nos lo indican. Entre ellos les traigo un par terrestres, otro marítimo y, dos más aéreos. Como quien dice por tierra, mar y aire. Veamos:
Si se marcha por un llano, observamos que las montañas van apareciendo al fondo, emergiendo poco a poco de él. Pero si la Tierra fuera plana, las montañas no surgirían así. Estarían siempre ahí y su silueta o perfil sería siempre el mismo, sólo que al aproximarnos la iríamos viendo más grande.
Igualmente ocurre cuando en un terreno despejado miramos a nuestro alrededor y vemos algunos objetos en el horizonte. Pero si nos elevamos de nuestra altura subiéndonos a un árbol, una casa o una colina, entonces, podemos ver muchos más objetos. Unos que antes no divisábamos, pero que estaban ahí.
Tres cuartos de lo mismo pasa cuando estamos en la costa y contemplamos un barco que se aleja de ella. Lo primero que desaparece de nuestra vista es la parte inferior (el casco), luego la superior (mástiles y velas), hasta que al final ya no vemos nada del barco.
Esto no sería así si la Tierra fuese plana pues entonces, aunque se alejara, veríamos el barco al completo siempre, sólo que cada vez más pequeño debido a la distancia.
Y por último los espaciales. El Sol y la Luna, los dos cuerpos celestes que mejor podemos observar, son esferas ¿Por qué razón no lo iba a ser también la Tierra? Recuerden la ley de la economía del universo.
Otro ejemplo espacial son los eclipses lunares que se producen cuando la Tierra se interpone exactamente entre el Sol y la Luna. En ella podemos ver con claridad la forma de arco de la sombra de la Tierra sobre su superficie. Una prueba más de su (casi) esfericidad.
Bueno pues, como pueden ver, evidencias no faltan acerca de lo falaz del mito, sin embargo, éste permanece, estas cosas suelen suceder. También sucede que, cuanto más original es un descubrimiento, más obvio parece después, que se lo digan si no al huevo de Colón.
Pero a lo que vamos, nuestro planeta es esférico y cualquiera puede llegar a esa conclusión.
Además también existen, en este argumentario que les traigo, otros puntos provenientes ahora de la ciencia académica. Para ello nos marchamos a la calle Pitágoras.



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