(Continuación) No podíamos continuar con la cadena de drogadicción animal
presente en la naturaleza, sin que apareciera en ella el que pasa por ser el
primero que puso al hombre en la pista de aquellas plantas y hongos, cuya
ingesta produce excitantes efectos.
En efecto me refiero a la cabra
o chiva, un mamífero artiodáctilo de
la subfamilia Caprina (Capra aegagrus hircus) que vive
domesticado entre nosotros desde hace unos diez mil años y de cuya observación
el hombre ha aprendido no pocas cosas. Entre otras los efectos que producen en
el organismo animal diferentes bayas, arbustos y setas cuando se consumen.
Una actividad en la que el ganado cabrío se ha mostrado como un fecundo
descubridor de estas plantas, ya les adelanté que a su manera eran iniciáticas,
en cuya composición intervienen distintas sustancias químicas euforizantes.
Plantas
como el frijol de mezcal, el khat, las setas y naturalmente el café. Veamos.
Frijol
de mezcal
Del primero solo añadir que es uno de los nombres comunes del mezcal, una planta cuyo nombre
científico es Sophora secundiflora perteneciente
a la familia de las Fabaceae y de la
que a partir de sus semillas, se preparan bebidas con fuertes poderes
alucinógenos de alta toxicidad.
Hoy sabemos que estas características derivan del hecho de que en su
composición se encuentre un alcaloide llamado citisina, de nombre sistemático (IUPAC) (1R,5S)-1,2,3,4,5,6-Hexahydro-1,5-methano-8H-pyrido[1,2a][1,5]diazocin-8-one
y fórmula molecular C11H14N2.
Un alcaloide que por cierto guarda relación desde el punto de vista
farmacológico, con otro que ya ha aparecido enrocado muchas veces [Usar
Buscador del blog]. Me refiero al que se encuentra en la planta del tabaco y
responde al nombre de nicotina,
conocido por su nombre sistemático (IUPAC)
de (S)-3-(1-metilpirrolidin-2-il) y por su fórmula empírica C10H14N2.
Debido a su alta toxicidad (puede llevar a la muerte), con el paso del tiempo
el hombre ha sustituido las bebidas de mezcal, por otros alucinógenos como por
ejemplo el peyote. Las cabras por el contrario, a la primera de cambio y en
cuanto pueden, le siguen dando al mezcal.
Animalitos, qué van a hacer si no. Si a lo mejor es lo que tienen más a
mano y ya saben de lo que va. Normal. En cualquier caso sepan que las cabras se
encuentran entre los animales más adictos que conocemos. Pero que muy adictos.
Khat o
qat
Son dos de los nombres comunes con los que es conocido el que científicamente
se denomina Catha edulis de la familia
Celastraceae, una fanerógama
originaria de zonas tropicales del África oriental y un potente estimulante
vegetal.
Es la razón por la que en Etiopía y Yemen las cabras mascan con avidez sus
hojas, dadas sus extraordinarias propiedades euforizantes. Unos efectos que no
pasaron desapercibidos por los habitantes de esas regiones, que desde entonces
comparten pasión con las cabras por el khat.
Desde el punto de vista químico sus principios activos son dos alcaloides
psicotrópicos: la catina y la catinona que es la más activa de las
dos y principal contribuyente al efecto estimulante de la Catha edulis. Ambas son sustancias psicoestimulantes derivadas de
la fenetilamina y emparentadas con
las anfetaminas.
No les digo más de ellas, salvo un par o tres de detalles sobre la planta y
sus efectos.
Uno. El qat es probablemente la planta con las propiedades
psicoestimulantes más potentes que se conoce en la actualidad. Dos. Se trata de
un euforizante que millones de personas mascan asiduamente en Oriente Medio.
Y
tres. Conocida también como “flor del paraíso” las cabras se pirran, se vuelven
locas vamos, por comerlas. (Continuará)
He descubierto su blog por casulaidad y me parece de lo más interesante. Enhorabuen.
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