Si
me lo permiten les dejo de entrada con la traducción literal de una redacción
francesa, y tras su lectura les comento algo de ella. Espero que les guste, más
o menos reza así:
“El
pájaro del que voy a hablar es el búho. El búho no ve de día y de noche es más
ciego que el topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal
que voy a elegir: la vaca.
La
vaca es un mamífero, tiene seis lados, el de la izquierda, el de la derecha, el
de arriba y el de abajo. El de la parte de atrás tiene un rabo del que cuelga
una brocha. Con esa brocha se espanta las moscas para que no caigan en la
leche.
La
cabeza sirve para que le salgan los cuernos. Y además porque la boca tiene que
estar en alguna parte. Los cuernos son para luchar con ellos.
Por
la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se le pueda ordeñar.
Cuando se le ordeña la leche viene y ya no se va nunca. ¿Cómo se las arreglará
la vaca? Nunca he podido comprenderlo. Pero cada vez sale con mayor abundancia.
El
marido de la vaca es el buey, el buey no es mamífero. La vaca no come mucho,
pero lo que come lo come dos veces, así que ya tiene bastante, cuando tiene
hambre muge, y cuando no dice nada es que está llena de hierba por dentro.
Sus
patas le llegan al suelo. La vaca tiene el olfato muy desarrollado, por lo que
se puede oler desde lejos, por eso es por lo que el aire del campo es tan
puro.”
¿No
les parece sencillamente genial? Como seguro habrán imaginado por su lectura, lo
de más arriba tiene toda la pinta de ser una redacción escolar ¿Quizás de lo
que sería la actual secundaria obligatoria española, también conocida como ESO? Sí, quizás.
Así
mismo es probable que se trate de una supuesta tarea pedida por el profesor, en
una clase de la otrora asignatura conocida como Ciencias Naturales, sobre el ave y el mamífero de marras. Sí, puede
que también.
Una
labor escolar en la que el joven autor demuestra tanta ocurrencia y desparpajo
en su elaboración, como desconocimiento e ignorancia de su contenido, sobre
todo, ¿por qué no decirlo?, del búho. Pobre animal, qué mal parado sale.
Y
del texto en sí poco más se puede sacar en primera derivada. Amén de que es
atemporal, segunda derivada, y que debería ser aprovechado desde el punto de
vista didascálico, tercera derivada. Trato de decirles con las susodichas
derivadas un par de cosas.
Primero.
Que lo podría haber escrito un escolando actual o uno del siglo pasado o, por
qué no, uno de las postrimerías del XIX. Si se piensa la desbordante imaginación
de los niños no tiene época.
Simplemente la tienen y está ahí desde que
empiezan a serlo, hasta que lo dejan de ser, cosas de la biología humana. Además, por lo que sabemos es así desde que el
hombre es hombre, y sin duda alguna la imaginación es nuestra ventana al futuro.
Y lo
segundo es que, lejos de coartarla, lo que un buen sistema educativo debería
hacer es potenciarla y utilizarla como recurso didáctico, como una herramienta
más en el proceso de aprendizaje
significativo. (Continuará)
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