No es un campo de conocimientos en el que me mueva con comodidad, pero como
lo prometido es deuda, he aquí algunos animales que me consta se drogan.
Empiezo con uno bien familiar y próximo, quizás por ello de los más estudiados:
el gato común o gato doméstico.
Una subespecie de mamífero carnívoro, de la familia Felidae (Felis silvestris catus), que convive con nosotros desde
hace ya casi diez mil (10 000) años y que tiene, por así decirlo, una droga
favorita, una que le encanta y le resulta absolutamente irresistible.
Se trata de la coloquialmente
conocida, entre otros nombres, como hierba
gatera, menta gatuna o nébeda y, científicamente, como Nepeta cataria, una planta europea que
de forma natural que crece en diferentes terrenos salvajes y baldíos, como por
ejemplo en casas viejas en ruinas.
Gatos y hierbas
No tengo gatos en mi casa, pero los que sí los tienen habrán podido
comprobar el entusiasmo de sus mascotas por esta hierba, de la que no sólo se comen
sus hojas y flores, sino que juguetean con la planta y se frotan contra sus
hojas y tallos.
Y no ha tenido que transcurrir mucho tiempo de esta curiosa actividad para
que empiecen a cambiar de humor y de pautas de comportamiento. Por ejemplo se vuelven
más juguetones y eufóricos poniéndose a dar vueltas sobre sí mismo, a exhibir
comportamientos de caza aunque no haya ninguna presa cerca, a estirarse, a saltar
sin ton ni son.
Claro que también se ponen a olfatear, babear, lamer, frotarse, producir
sonidos similares a los que emplean cuando están en celo e, incluso, a tener
signos de somnolencia. Es como si alucinaran bajo la influencia de esta hierba.
Es decir que el contacto con, y la ingesta de, la menta de gato, otro nombre para la yerba, les embriaga y excita
sexualmente. De ahí que les encante aunque hemos de precisar que: (1) no les
gusta a todos los gatos, (2) no son estos felinos los únicos que la prefieren
y, (3) no es la única planta con la que les gusta intoxicarse.
(1) Por lo no mucho que tengo leído al respecto, perdonen la ligereza, parece
ser que hay especies de gatos que son inmunes a los efectos psicóticos de esta planta
nébeda, por lo que no muestran especial predilección por ella. Se estima que
del total de la población gatuna vienen a ser uno de cada tres los
indiferentes, pero eso sí, a cambio, los otros dos adoran este estimulante
natural.
Estamos hablando por tanto de que dos tercios de los gatos experimentan
auténtico placer al entrar en contacto, de una forma u otra con esta hierba
gatera.
Una sensibilidad que apunta a que sea un rasgo heredado genéticamente,
y un número en cualquier caso muy a tener en cuenta per se, del que debemos decir además que no es único, ya que le
tenemos que añadir los de otros felinos, adictos a esta yerba.
(2) Porque ya lo saben, resulta que los gatos domésticos no son los únicos
a los que les gusta esta planta. Se sabe que grandes felinos como tigres, leopardos y linces
también muestran, digamos, cierta debilidad por ella. Bueno por ella y por
otras.
Para ellos, como para los gatos domésticos, la nébeda no es la única planta
de la que gustan y degustan, y suelen buscar otras drogas presentes en la
naturaleza. En particular, la especie de gatos salvajes que son los jaguares buscan a la ayahuasca, también conocida como yagé.
Que en realidad, a su vez, es una mezcla de dos
plantas, una enredadera y un arbusto chacruna, cuya ingesta produce vívidas
alucinaciones y una intensa agudización de los sentidos. (Continuará)
Tras la lectura de esta entrada, me han surgido dos dudas. ¿No debería haber utilizado "e" en vez de "y" delante de "hierba" ¿Cómo se escribe "yerba" o "hierba", uested la escribe de las dos formas.
ResponderEliminarGracias. En líneas generales me gusta el blog.