jueves, 1 de junio de 2017

¿Se desatan solos, todos los nudos de los zapatos? (1)

Ésa es la cuestión. Según la ciencia es mediante el anterior proceso explicado, compuesto de dos pasos, como se desatan solos la mayoría de los cordones. Y como es lógico pensar, los nudos que no estén bien apretados lo harán antes que los que sí lo estén, que lo harán después, más tarde.
Pero quedando claro que sólo será una mera cuestión de tiempo, y que la repetición de estos dos pasos acabará deshaciendo el nudo, independientemente de lo apretado que esté.
Entonces lo mejor que puede hacer es pararse y volverlo a hacer más apretado ahora, o en su defecto mirar dónde pone el pie al desplazarse porque, si tiene mala suerte, antes que después se pisará los cordones sueltos y terminará dando con sus huesos en el suelo.
Vamos, lo que se dice teniendo una buena o mala caída, según se mire. Precaución.
Sin embargo este estudio ha demostrado que la resistencia del nudo a deshacerse, al ser sometido a esas fuerzas dinámicas, aun estando bien apretados, podía variar según el tipo de nudo que se hiciera. Y a resultas del mismo los han clasificado, en función de la orientación del lazo, en dos grandes categorías: nudo fuerte y nudo débil.
El segundo es el que se desata antes que el primero como se pueden imaginar pero, ojo, ambos terminan deshaciéndose a pesar de lo que nuestra propia experiencia pueda decirnos de algunos de ellos.
Todos los nudos se terminan desatando solos al correr o andar.
Así es, todos. Es solo una cuestión de tiempo. Sencillamente, los nudos del tipo fuerte y que estén bien apretados permanecerán intactos durante mucho tiempo, porque requerirán de más ciclos de impacto y balanceo de las piernas para deshacerse.
Pero indefectiblemente llegará un instante en el que la unión se debilite un poco, no hace falta que sea mucho, pero será suficiente.
Es el principio del fin nudero.
Según los investigadores se iniciará una “avalancha”, en un fenómeno que califican de “repentino y catastrófico”, que en cuestión de pocas zancadas, acabará deshaciendo el nudo. En su explicación ellos creen que interviene la misma dinámica básica que desata al nudo débil.
Pero claro lo creen sólo, es una especulación, porque el caso es que unos se desatan pronto y otros no tanto. De modo que alguna diferencia tiene que haber entre ellos que justifique por qué, dos cordones enlazados de un modo forman un nudo muy fuerte, mientras que enlazados de otro dan lugar a un nudo muy débil.
En una primera aproximación interpretativa, la versión más resistente del nudo parece basarse en un nudo cuadrado que tiene dos cruces de cordones opuestos entrelazados uno sobre otro. Mientras que en la más débil los dos cruces van en el mismo sentido, haciendo que el nudo se tuerza en lugar de quedar recto cuando se aprieta.
Una especie de nudo “falso”.
En cualquier caso y por ahora, los autores del trabajo se reconocen incapaces de entender cuáles son las diferencias mecánicas fundamentales entre ambos y de explicar por qué dos estructuras similares tienen diferentes integridades estructurales.
Es lo que hay. El estudio actual sólo demuestra que ambas versiones fracasan de la misma manera.
Una “pequeña nube” en la explicación que diría alguien, aunque es evidente que han quedado establecidas las bases para futuras investigaciones. Sin duda es un primer paso en el desarrollo de la comprensión, de por qué ciertos nudos son mejores que otros. (Continuará)



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