Es una experiencia que todos hemos vivido, y en más de una ocasión a lo
largo de nuestras vidas. No importa lo fuerte que los atemos, que caminemos o
corramos, los cordones de los zapatos o de las zapatillas de deporte terminan
mostrando esa fastidiosa tendencia natural a desatarse.
Es una especie de imperativo cósmico por el que un día, el que menos te
esperas, los cordones parecen conjurarse en contra nuestra y se desatan a la
primera de cambio. Es la conocida conspiración cordonense y se trata sin duda
alguna de un hecho incuestionable.
De modo que lo único planteable por nuestra parte es hacernos la pregunta: ¿Por
qué? ¿Por qué se desatan solos los cordones de los zapatos?
Es más, sin ánimo de agotar el tema ni intención de ser exhaustivo, pero
fiel a la vocación de servicio público del blog, incluso dar otra vuelta de
tuerca al asunto: ¿Lo hacen todos los cordones en realidad? ¿Depende del tipo
de nudo que le hagamos? ¿Influye el material del que esté hecho el cordón?
Bueno pues ya tenemos tema del que quema, que dijo aquel.
No
existen preguntas estúpidas
Ignoro si en alguna ocasión se habrán hecho algunas de estas preguntas o si
incluso, ahora que las han visto negro sobre blanco, piensan que el enroque de
hoy es algo chorra o estúpido.
Lo ignoro les digo, comprendo inclusive que lo piensen, faltaba más, pero
ya que he utilizado el adjetivo sepan que el científico y divulgador estadounidense
Carl Sagan (1934-1996) era de la
opinión que las preguntas estúpidas no existen.
No. De hecho sus creencias iban más bien en esa misma dirección sólo que en
sentido contrario. Para él lo realmente estúpido era, precisamente, no hacerse
preguntas. Y no puede ser más acertado ese pensamiento.
No cabe ninguna duda de que es la curiosidad, verbalizada por ejemplo en
forma de interrogantes, la única forma de descubrir y aprender. Algo que ocurre
casi siempre incluso en las tareas, aparentemente, más sencillas y menos
prácticas.
Y creo que ésta de hoy de “¿Por qué
se desatan...” es una de esas preguntas ya que, si bien leída a vuela tecla
no puede parecernos más sencilla, les aseguro que su respuesta, una vez metidos
en harina, no lo es tanto. No, no lo es en absoluto.
En lo que respecta al
aspecto práctico de la misma, créanme por ahora si les digo que no le anda a la
zaga, pero esto se lo cuento después.
Lo mejor es que vayamos por parte y veamos qué dice la ciencia sobre el
nudo de los cordones y la forma en la que se desatan solo.
Ciencia
del nudo
Sorprende, a mí al menos, saber que el descubrimiento cordonil cuenta con
tan solo unas semanas de existencia, pues se publicó el pasado mes de abril en
la revista Proceedings of the Royal
Society A, así que no puede ser más reciente.
Y ha sido llevado a cabo por
un equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.),
ya saben cómo son. En esencia las conclusiones a las que han llegado apuntan a que la causa de
que se desaten los cordones del calzado es de naturaleza física, en concreto mecánica y más en particular dinámica.
De modo que, según ellos, una compleja composición
de fuerzas que actúan cuando caminamos y corremos, es la responsable de que
se vaya venciendo el anudamiento cordonero. Una combinación de fuerzas en movimiento.
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