Un respeto por parte de Mutis más que merecido, si tenemos en cuenta el pionero y
original trabajo científico realizado por María
en distintos terrenos. Por cierto ahora que lo pienso, este ‘Madame Merian’ bien podría ser un
precedente del einsteniano ‘Madame Curie’.
Una mujer singular
Para empezar, en su época era realmente raro que alguien, y menos una
mujer, se interesara por los insectos. Tampoco era normal que los trabajos
científicos se publicaran en alemán como lo hizo ella.
No debemos olvidar que en
los albores del siglo XVIII, la lengua oficial para la ciencia aún era el
latín.
Una circunstancia que sin duda alguna, le ganó el rechazo de los
científicos de la época.
Además, junto al estudio de su Metamorfosis...,
María, describió otros muchos detalles de la evolución y vida de los insectos.
Como la dependencia que tiene cada oruga de un pequeño número de plantas para
su alimentación, motivo por el que pone los huevos cerca de esas plantas.
Éste, a qué dudarlo, es el trabajo de una naturalista moderna.
Y por supuesto la idea de continuar su investigación en
Surinam, para una observación en vivo de las especies, fue su mayor
originalidad. Y es que hasta entonces, lo normal era coleccionarlas y
estudiarlas ya muertas.
De modo que un viaje científico como el suyo no se
entendía.
Normal que lo tomaran como una excentricidad y a ella como una
extravagante. Lo diremos así por no entrar en detalles. No es que la Merian
fuera la única mujer que se embarcaba en un viaje, por supuesto que no y que hubo
otras.
Pero a diferencia de ellas, su motivo no era como el de estas otras
valientes mujeres que, por amor a sus maridos, emprendían una navegación
cargada de peligros: piratas, naufragios, enfermedades e inclemencias del
tiempo. No.
A ella la animaba el amor por la ciencia y el afán enciclopedista. Lo
dicho, una excéntrica.
Además su forma de clasificar los ejemplares fue también
totalmente novedosa, tanto por lo detallista como por los criterios que
utilizó. Por ponerles un ejemplo su clasificación de las mariposas en “de día”
y “de noche” es válida aún.
Otras obras
Con anterioridad al Metamorfosis...
de 1705, la Merian publicó en tres volúmenes la obra Nuevo libro de flores entre 1675 y 1677. Y dos años después La oruga, maravillosa transformación y
extraña alimentación floral, en 1679.
Así que la obra de quien podemos considerar una importante pionera de la
entomología abarcó, aparte del proceso de la metamorfosis, otros muchos detalles
de la evolución y vida de los insectos.
Sin contar que sus dibujos de plantas, serpientes, arañas, iguanas y
coleópteros tropicales están considerados en la actualidad como auténticas obras
de arte, coleccionados por tanto por aficionados de todo el mundo.
En el terreno científico, gracias a ella, están identificadas seis plantas
y nueve mariposas. Hoy día dos de estas mariposas llevan su nombre en señal de
reconocimiento.
Pero no es el único reconocimiento que "la mujer que criaba
insectos" recibió.
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