(Continuación) Un nuevo sentido pues para la palabra “bizarro”, que empezó
conviviendo con el antiguo, pero al que pronto ha amenazado con arrinconarlo, y
que ha suscitado no pocos y enconados debates en Internet.
Buen ejemplo de lo que les digo es el hecho de que en 2014, era la segunda
más buscada en la edición online del diccionario de la RAE, solo adelantada
por la palabra ‘cultura’. No les digo más.
Y naturalmente, como en cualquier boda patria de sangre lorquiana, en este
maridaje pronto se deslindaron los dos bandos. Del uno los conservadores, los
más estáticos, los que abogan por un español lo más inmune posible a los
cambios.
Del otro los más rupturistas y dinámicos, los que se decantan por la
evolución natural del habla diario.
Dos posturas encontradas en las que los ortodoxos acusaban a los heterodoxos
de un uso incorrecto y censurable del término, por lo que lo denunciaban en
diferentes foros.
Es el caso de la Real Academia Española
(RAE), el Diccionario Panhispánico de
Dudas (DPD) o la misma Fundación del
Español Urgente, Fundeu BBVA, que
en diferentes ocasiones insistían en que el susodicho término: “no significa
raro sino valiente” o que “no significa estrambótico”.
Y en esas estamos, o mejor dicho estábamos hasta hace bien poco, porque en
el significado de “bizarro” algo ha cambiado.
“Bizarro”
ahora significa (también) “raro”
Resulta que el uso de su nueva acepción ha terminado por imponerse, y ya son
varias las autoridades académicas que, incluso, la respaldan. En su opinión el
término “bizarro” también puede emplearse aludiendo a algo y con el significado
de ‘extraño, raro, insólito, sorprendente’.
Y así se recoge en sus documentaciones. Por citar sólo a algunas: en el Diccionario de americanismos de las
Academias de la Lengua, esta voz es utilizada principalmente en Puerto
Rico, Chile y Argentina; en el Diccionario
del español actual de Manuel Seco;
en el de Mexicanismos de la Academia
Mexicana de la Lengua, hablamos del país con mayor número de hablantes del
español; o en el Diccionario de uso del
español de María Moliner, donde
por cierto ya en su primera edición (1966) se recogía este nuevo sentido.
De una forma u otra todos coinciden en aceptarlo, dado lo extendido que se
encuentra su uso desde hace tiempo, y haberlo hecho, además, en un proceso
natural de adaptación a la realidad de los hispanohablantes de todo el mundo.
Y aunque ambos significados, el de origen italiano y el de origen
francés-inglés, se utilizan conjuntamente, lo cierto es que el segundo le está
ganando la partida al primero. Un signo quizás de los tiempos.
Tan de los tiempos que hasta la Fundéu,
asociación de gran prestigio en las redes,
ha cambiado de criterio. Como lo leen.
La Fundación del Español Urgente, Fundéu BBVA -una institución sin
ánimo de lucro que desde el 2005 tiene como principal objetivo impulsar el buen
uso del español en los medios de comunicación- ha dado un giro de ciento
ochenta grados (180º) con respecto a este término.
Y a primeros del pasado noviembre anunciaba una revisión, acerca de lo
recomendado sobre el uso de "bizarro" y su significado de "cosa
extraña, rara, insólita". Por fin aceptaba ese uso extendido en el habla
cotidiana, le daba carta de naturaleza, eso sí, una vez que se había hecho
predominante.
Un final feliz para esta historia. Claro que otra historia distinta es la
relación de la palabra en cuestión, con la academia que “limpia, fija y da esplendor”,
al menos por ahora. (Continuará)
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