Un vuelco al corazón, sí, porque mucho me temo que estoy ante una nueva
sorpresa (la cuarta, por ahora). Todo apunta a que se trata de un error de
cálculo por mi parte, que de alguna forma intuía.
Para la primera de las situaciones expuestas, reloj con sólo dos agujas
(horaria y minutera), les razoné que se cruzaban veinticuatro (24) veces al día,
era mi solución primera. Pero he aquí que ahora creo que erré, pues me salen
veintidós (22).
Ésa es mi nueva solución para la primera parte del pasatiempo 249 o el
originario 77. Lean lo que he pensado.
"Si al empezar a contar el tiempo ambas están a las 12 h, es evidente que en
su marcha el minutero va por delante de la manecilla horaria y cuando aquél ha
terminado una vuelta completa (1 h) ésta se encuentra ya a las 1:00 h.
Pero cuando el minutero la alcanza, no lo hace a la 1:00 pues en esos cinco
minutos (5 min) que ha de recorrer, la horaria se ha desplazado un doceavo del
arco que le separa de las 2:00, es decir que la cruza algo después de las 1:05
h.
Las mismas cuentas hay que echar para el segundo cruce que tiene lugar un
poco más tarde de las 2:10 h, y para el tercero que ocurre un poco después de
las 3:15 h. Y así hasta el undécimo cruce que tiene lugar después de las 11:55
h, a las 12:00 h.
Luego las manecillas se cruzan sólo once (11) veces durante las primeras
doce (12) horas, lo que nos da un total de veintidós (22) en las veinticuatro
(24) horas del día".
Y no veinticuatro veces como afirmé ¿Cómo lo ven?
Mientras escribía me he acordado de una de las frases de El Principito, aquella de: ‘Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial
es invisible a los ojos’. De ahí lo de mi vuelco de corazón, creo.
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