A propósito del interés de Marie Curie
por la investigación, su propio yerno Frederic
escribía acerca de cómo ella, había recibido la noticia del descubrimiento de
la radiactividad artificial: “Nunca
olvidaré la expresión de intenso júbilo que la invadió... Ésta fue, sin duda,
la última gran satisfacción de su vida”.
Y así fue porque poco tiempo después, moría sin llegar a conocer el Premio Nobel de Química que su hija Irene y su yerno recibieron en 1935.
Al hilo del galardón sepan que Marie fue la primera persona premiada con el Nobel, cuya hija fue ganadora de otro Nobel.
Con posterioridad, en 1951, Irene fue apartada de la Comisión Francesa de Energía Atómica, por sus simpatías con el
Partido Comunista Francés. De aquellos polvos de la infancia...
Pero haber sido galardonadas con el Premio Nobel, no fue la única semejanza
entre madre e hija. No. Por desgracia, el mismo cruel y trágico destino aguardaba
a Irene veinte (20) años después.
Al igual que mamá, murió de leucemia debido a las prolongadas exposiciones
a la radioactividad. Y dos años después lo hacía Frederic. La vida se repite.
A título de curiosidad sepan que los Joliot-Curie
son el tercer equipo de esposos-investigadores, laureados con el Premio Nobel, tras el de Física de Marie y Pierre Curie en
1903 y el de Fisiología y Medicina
de Gerty y Carl Cori en 1947.
Como a ellos, sólo la muerte los pudo separar.
De casta
le viene al galgo
Y, por aquello de que la vida continúa, se repite a sí misma y no por ello
dejar de sorprendernos, le vamos a seguir la pista a una nieta de Marie.
En concreto a Helene, la hija de Irene, también física nuclear (lógico,
siendo hija y nieta de quien era), que se dedicó a investigar la fisión del uranio (U).
Lo hacía con un compañero físico
también de nombre Michel Langevin, y
con el que al parecer le dio por investigar en otro campo, no precisamente
nuclear.
Sé con toda seguridad que saben por dónde voy y sabido es que el roce hace
lo que hace. Y en esta ocasión lo debió de hacer también porque con él se casó
al poco tiempo de conocerlo (normal, igual pasó con mamá).
De lo que no estoy tan seguro es de si han caído en el detalle del
apellido. Sí, Michel era nieto del físico francés Paul Langevin (1872-1946), el amante de la abuela Marie en 1911, después
de haber enviudado.
Una pregunta: ¿Se heredan los gustos? Otra: ¿De casta le viene al galgo,
ser rabilargo? No lo sé a ciencia cierta, pero qué duda cabe que hay hijos, e
hijos de hijos, que amalgaman.
Y acabando ya que es gerundio por lo que me despido a mi manera. A priori recordando que en este año del
Señor de 2017, se cumple el ciento veinte (120) aniversario del nacimiento de
Irene.
Y a posteriori, con una cita suya:
“La ciencia es el fundamento de todo progreso. Mejora la vida humana y alivia
el sufrimiento”
Ella, hasta el final de su vida, mantuvo la fe en la ciencia. A qué
dudarlo, Irene Joliot-Curie fue una Hacedora de la Ciencia. [Para saber más]
Ciencia, femenino y singular
No hay comentarios:
Publicar un comentario