Apunte dos. Para la total compresión del asunto hemos de tener presente la forma de contar los días del mes que usaban los romanos por aquel entonces. Han de saber que lo hacían yendo hacia atrás.
De forma que la “segundas calendas de marzo” del menú, corresponderían al día 28 de febrero según las cuentas romanas. Un cálculo que sorprende pues sabemos de forma inequívoca, que la cena tuvo lugar el día 27.
Luego estamos ante un primer misterio, el del día de la celebración que, para complicarlo más, viene acompañado de un error.
Un elemental error de cálculo calendario para el que hasta donde he podido averiguar no existe una explicación, salvo la de ser el típico desliz humano, del que ninguno, ninguno, estamos exentos. Ni siquiera los grandes.
En cualquier caso quién lo llegara a pensar y decir de éste, siendo quienes fueron los que lo cometieron. Pero bueno, de estos mimbres estamos hechos.
Una fecha equivocada según lo dicho. Lo suyo hubiera sido poner en la primera parte de la referencia “III Kalendas Martii” o sea “Terceras Calendas de Marzo” en lugar de “II Kalendas Martii”.
Por cierto ¿Está conforme con esta apuntada corrección, para el día de la cena que aparece en menú? Lo digo porque si ningún humano está libre de equivocarse, quien nos dice que ahora no lo estoy haciendo. No digo más, pero lo dejo ahí
En otro orden de asuntos y aunque no es relevante para el que nos trae, como un atento lector me avisa, si se fija no aparece impresa la hora de comienzo de la curiosa cena ¿Saben algo al respecto? Bien.
Pero la referencia a la localización temporal tenía una segunda parte, destinada a concretar el año de celebración y lo hacía en estos términos: “Año 44 de la Era Einsteniense”.
Del año 44 de la Era Einsteniense
También un par de apuntes, a modo de recordatorios. Apunte uno. Les recuerdo que Albert Einstein nació el 14 de marzo de 1879, es decir que por la fecha de la cena aún tenía cuarenta y cuatro (44) años, si bien estaba a punto de cumplir los cuarenta y cinco (45).
Luego en esta referencia temporal los científicos catalanes responsables de la redacción del menú, creo que estuvieron acertados.
Dos. Lo pongo en negrilla porque, aunque evidente para muchos, la forma correcta de contar el paso del tiempo no parecen tenerla clara todos los humanos que en el mundo han sido, son y serán.
Y algunos piensan que ese 27 de febrero de 1923 pertenece al año 43 de la era einsteniana, por la sencilla razón de que creen que existe un año cero, un mes cero, una semana cero, un día cero y así ad nauseam.
Creo que lo mejor es abrir un paréntesis temporal. (Continuará)
Creo que está equivocado. El año cero existe, al igual que el segundo cero y el siglo cero. No se pueden hacer afirmaciones de una forma tan indocumentada.
ResponderEliminarMás vale que te documentes antes de hacer afirmaciones como la que has hecho, Sergio.
ResponderEliminar