lunes, 19 de diciembre de 2016

Einstein en España (5): Cena de Campalans

(Continuación) Si bien hubo detalles de lo más habitual en una invitación.

Por ejemplo el matrimonio Campalans fue, como es natural, el anfitrión de la cena, que tuvo lugar en su domicilio barcelonés de la calle Roselló 118, como así se indicaba en el menú.

Lo que no aparecía en él es que fue la madre de Rafael, quien cocinó los numerosos platos que componían el menú, y que lo más probable es que fuera diseñado entre suegra y nuera. Un menú abundante que degustaron los invitados, entre los que se contaban científicos, políticos, diplomáticos, algunos familiares, etcétera.

Hasta aquí de lo más normal.

Pero hubo otros detalles que no eran ya tan habituales en una invitación. Me refiero entre otros al tipo de letra utilizado, a los guiños relativistas y expresados en latín que se hacían de los platos, a la forma de informar del lugar, día y hora del banquete, etcétera.

Pero creo que estoy iniciando un totum revolutum de información, de modo que será mejor que vayamos por parte.

Y lo primero es hacer referencia y mostrar mi agradecimiento a algunas de las fuentes utilizadas en estas entradas, 'al César lo que es del César', y que aparecen al final.

Hecho lo cual podemos continuar con dos aspectos de la cena, de los que sabemos gracias a las notas de prensa publicadas en esos días.

Me refiero a los asistentes y a la música.

Comensales y música
Sabemos que entre los invitados al banquete se encontraban el cónsul de Alemania, Ulrich von Hassell, y su mujer, Ilse von Tirpiz; altos funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona; algunos familiares y, claro, algunos de los compañeros de Campalans, que organizaron la venida de Einstein.

Científicos como Lassaleta, Lana, quizás Terradas, etcétera.

Digo quizás porque en esos días el científico atravesaba por una circunstancia familiar de lo más dramática. Su hija pequeña, con tan solo diez años, había fallecido recientemente a consecuencia de una enfermedad pulmonar.

Seguro que no hay peor trances vivencial para unos padres.

Trato de decirles que no está claro del todo, cuántos y quiénes fueron a la cena, ya que la única información de la misma procede de la prensa de la época. Que vaya usted a saber por qué informó de ella, como si fuera uno de los actos destacados de la estancia de Einstein en Barcelona. En fin.

Por ella sabemos de la música con la que se amenizó el banquete y la velada:

   “Regino Sainz de la Maza ejecutó bellísimas composiciones de guitarra; el Trío Barcelona interpretó piezas escogidas de su mejor repertorio; la notable soprano Andrea Fornells cantó una selección de canciones de la tierra.

   El eminente profesor se sintió muy complacido, admirando en especial manera y con vivísimo interés las canciones catalanas.”


En fin., qué quieren que les diga. De una parte era de esperar que se eligiera con especial cuidado a artistas y programa, conocida la melomanía del alemán. Y de otra, que éste expresara su admiración y agradecimiento.

A propósito del menú
Reseñando de él la obviedad, fue mandado imprimir por Campalans, y lo previsible, se conservan pocas copias originales, les resalto algunos detalles del mismo.

Para empezar, su diseño responde al gusto estético imperante en la época, al novecentismo, que si bien nace en un contexto exclusivamente literario y pictórico, pronto se extiende a otros ámbitos culturales.

Un diseño que combina con el uso de la letra gótica, muy común en Alemania por aquél entonces, para la redacción de un texto escrito en latín. Como pueden ver, una mezcla un tanto extravagante. (Continuará)


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