Precisamente su supervisor doctoral fue Blas Cabrera, de modo que sobre algunas ideas físicas ambos hombres debieron coincidir pero, por lo que sabemos, éstas no fueron las relativistas.
Muy por el contrario Palacios dedicó esfuerzos y empeño en establecer una hipótesis alternativa a la de Einstein, una que no limitase las concepciones newtonianas de espacio y tiempo.
Fue un intento en vano. De ahí que en sus últimos años realizara una crítica contra la teoría de la relatividad, postulando un retorno a las nociones clásicas de tiempo y espacio absolutos.
Sirva como muestra de su pensamiento anti-relativista estas palabras:
‘Vayan a secretaría y que les devuelvan el importe de la matrícula de esta asignatura. La relatividad ha muerto y estas clases carecen de sentido”.
Por muy chocantes que les parezcan, las pronunció en su curso de relatividad en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid.
Justo el mismo día que llegó a sus manos una copia del artículo de Wallace Kantor, ‘Direct First-Order Experiment on the Propagation of Light from a Moving Source’, en Journal of the Optical Society of America 52: 978-984, 1962.
Y es que en su opinión: “lo averiguado por Kantor basta para desechar la fórmula einsteniana de composición de velocidades. Estamos ante la necesidad de elaborar una nueva teoría sin base experimental suficiente y lo que procede es idear hipótesis de trabajo que permitan planear nuevos experimentos.”
Si bien reconoce a regañadientes que: “el experimento de Kantor no tiene, ni con mucho, el grado de precisión logrado por Michelson en sus experimentos, por lo que debe ser acogido con cautela mientras no se repita y confirme.”
Lo que está fuera de toda duda, a pesar del argumentario del señor Palacios, es que la relatividad, probablemente, sea la teoría científica más refutada desde el punto de vista experimental de toda la historia de la Ciencia.
Lo que no deja de ser un garante de su certeza científica.
De Palacios a Palacios
Si lo recuerdan, en la entrada anterior abrí una brecha a modo de nexo con la familia Cabrera. Lo hice por la parte paterna de la ministra socialista y el campo de la ciencia y la técnica, pues bien, ahora la cierro por parte materna y el campo de la política y la literatura.
Resulta que su nombre completo es Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo. Y sí, es lo que se le ha venido a la mente nada más leer el segundo apellido.
Por parte de mamá es sobrina de los políticos españoles Leopoldo Calvo-Sotelo, ex presidente del Gobierno, y de Fernando Morán, ex ministro de Exteriores.
Además es sobrina-nieta del líder monárquico durante la II República José Calvo Sotelo y del escritor y académico de la lengua Joaquín Calvo Sotelo.
Así que ya ve. Lo que le dije de la evolución. Ésta no siempre supone progreso, que para más inri no siempre significa avance.
Y ya que la tengo abierta, me refiero a la brecha social, no la puedo cerrar ahora con quien fue doctorando de Blas Cabrera.
Han de saber que tengo un vínculo en la familia Palacios, en puridad más propio de la sección Ecos de sociedad, pero de lo más oportuno temporalmente. (Continuará)
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